a primavera, que suele verse en todos lados como la mejor estación del año, es para muchos alérgicos una verdadera amenaza. Es que, en estos meses los pólenes de los plátanos, en especial, son transportados por el aire y son muy livianos, por lo que se movilizan mucho durante la estación, afectando a un alto porcentaje de la población.
Debido a estas características de los pólenes, las personas con historia de alergia deben evitar todo tipo de reuniones cerca de estos árboles, que pueden llegar a liberar hasta 1,500 granos por metro cúbico al aire. La ciudad de Buenos Aires tiene más de 500 mil árboles, de los cuales 75 mil son plátanos, lo que representa el 15 % del total.
Aparece entonces la rinitis estacional o polínica cuyas manifestaciones son estornudos a repetición, picor de nariz y de ojos y taponamiento o congestión nasal. En aquellas personas que además son asmáticas pueden aparecer crisis de broncoespasmos.
Según definen los expertos, una alergia es una reacción exacerbada del sistema inmunitario a una sustancia que su cuerpo identifica como invasor, y al cual clínicamente se define como alérgeno. La mayoría puede ser tratada de forma simple, logrando una rápida disminución de los síntomas, pero cada una tiene sus particularidades y en ocasiones se requiere un abordaje más complejo.
Qué síntomas puede indicarte que padeces rinitis alérgica
Cuando el cuadro que arranca no está acompañado de fiebre o está ausente el decaimiento generalizado en los últimos días de agosto y comienzo de septiembre, empieza una etapa complicada. La misma empeora por la combinación de aire más cálido, más viento, más luz solar y mayor contaminación ambiental.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay entre 400 millones y 600 millones de personas alérgicas. En nuestro país, 2 de cada 10 personas tienen rinitis alérgica.
Esto indica que el 20,5% de la población tiene esta enfermedad, que da como síntomas:
Obstrucción nasal.
Rinorrea (la nariz chorrea agua).
Crisis de estornudos
Picazón de nariz, ojos y paladar.
Otras manifestaciones son el incordio, la irascibilidad y, muchas veces preocupante, una sensación de “cierre de la garganta”, que se presenta con garganta seca y sed de aire.
La rinitis alérgica es un proceso inflamatorio de la mucosa que recubre las fosas nasales, y los pólenes pueden inflamarla aún más. Las personas que saben que tienen rinosinusitis alérgica, muchas de ellas con poliposis, también sufren estos cuadros, dado que en estos casos la inflamación se extiende a la mucosa que recubre los senos paranasales.
El paciente, además de los síntomas descriptos, siente dificultad respiratoria importante, el aire no pasa por la nariz, entra en insuficiencia ventilatoria nasal. Pueden tener complicaciones como infecciones recurrentes de la vía aérea y aparecer crisis asmáticas, que empeoran aún más su calidad de vida.
Las personas que ya se saben alérgicas se anticipan e intentan prevenir estos síntomas pues, en este contexto de pandemia, no es momento de minimizar ni subestimar ninguno de ellos.
Por ello se recomienda no automedicarse, lo importante es saber que el enemigo de los alérgicos está presente y, para ello el especialista indicará el tratamiento correcto.
¿Qué precauciones tomar?
Ventilar los ambientes (lo ideal es mantener el hábito de la ventilación cruzada), dado que los pólenes pueden ingresar al interior de los domicilios.
Estar más atentos al secado de la ropa: se recomienda hacerlo en el interior, para que los pólenes no se acumulen en las prendas).
Usar siempre el tapabocas/tapanariz.
Usar anteojos, porque minimiza el contacto de los pólenes con la conjuntiva.