Salud

La malnutrición en terapia intensiva aumenta 33% el riesgo de muerte

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Las personas internadas en terapia intensiva “someten al organismo a un esfuerzo muy significativo”, por lo que deben “duplicar o triplicar su ingesta de proteínas”, ya que una mala nutrición “puede incrementar el riesgo de muerte en un 33%”, afirmó el especialista holandés Arthur van Zanten, quien visitó el país para participar de un encuentro médico.

La malnutrición en terapia intensiva aumenta 33% el riesgo de muerte
Imagen ilustrativa de la web

“En terapia intensiva la persona está en un estado muy frágil, por lo que a su organismo le será complejo afrontar las intervenciones invasivas y la posterior recuperación. Por eso necesitará determinados nutrientes, sobre todo, proteínas, calorías y vitaminas”, detalló a Télam Van Zanten, médico clínico, intensivista y especialista en soporte nutricional.

El experto, quien también es director médico del Departamento de Terapia Intensiva del Hospital Gelderse Vallei de Países Bajos, precisó que un paciente malnutrido “puede perder hasta un kilogramo de masa magra por día de internación”, ya que el organismo “degrada el músculo para conseguir proteínas”.

“Es necesario subrayar la importancia de la nutrición frente a los pacientes, sus familias y el equipo médico tratante, porque muchas veces se ignora su relevancia; nos solemos ocupar de la medicación, los parámetros de laboratorio y la rehabilitación, pero es muy frecuente dejar de lado el abordaje nutricional, con todas las consecuencias negativas que ello implica”, apuntó el experto.

Van Zanten comentó que por lo general, a los pacientes en terapia intensiva se los alimenta a través de una sonda nasogástrica, porque suelen estar sedados.

“En nuestros estudios vimos que cuando se retira la sonda nasogástrica, porque los especialistas están convencidos de que el paciente está comiendo lo suficiente, hay una merma en la ingesta de calorías y proteínas de al menos 30%”, precisó.

Y continuó: “Debemos empezar a pensar en una terapia de nutrición prolongada en el hogar luego de la terapia intensiva o incluir suplementos específicos para incrementar la ingesta proteica”.

Van Zanten señaló que mientras que una persona sana debe ingerir unos 0,8 gramos de proteína por cada kilo de peso por día, la necesidad de los pacientes críticos durante su internación puede llegar hasta 2,5 gramos por kilo de peso, por lo que “definitivamente tendrá que modificar su alimentación”.

“Un buen abordaje nutricional hace la diferencia, para no poner en riesgo la vida y volver a realizar actividades tan básicas como caminar o trabajar”, aseguró.

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