POSADAS. Llegó el frío y en la provincia se sintió fuerte. Aunque con el otoño se preveía un descenso de temperaturas, al parecer los pronósticos no esperaban que las mínimas sean tan bajas.

Con la llegada del frío, los misioneros empiezan a desempolvar caloventores, braseros y otros aparatos para acondicionar el ambiente. Con ellos aparece un enemigo invisible, el monóxido de carbono.

Sobre el tema MisionesCuatro habló con el médico especialista en enfermedades respiratorias, Guillermo Rolón quien comentó que se trata de un gas inodoro e invisible que está presente en todo artefacto, combustión de carbón o productores de calor. “A veces discutido en algunos aparatos modernos que tienen un sistema de filtro”, comentó.

“Es un gas con poder de atracción mayor hacia la hemoglobina y se prende más en sangre y lo lleva a competir con el oxígeno. En una habitación cerrada, el monóxido de carbono se mete más al organismo que el oxígeno”, agregó el profesional.

Consultado sobre los efectos que generan en las personas, Rolón dijo que, dependiendo del tamaño de las habitaciones, el efecto es más rápido. “No hay signos de alarma”, advirtió.

En relación a los aparatos que generan monóxido de carbono, Rolón opinó que un corte eléctrico o alguna falla en el artefacto puede producir gases con el mismo y fatal efecto.

Finalmente, Rolón recomendó calentar previamente la habitación, pero no dejar nada prendido durante la noche en las habitaciones cerradas.