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“Amenazaron a testigos y quieren cerrar la causa”, denunció madre de “suicidado” en Loreto

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Gladis Rivas continúa pidiendo justicia por la muerte de su hijo, Pedro Cáceres, ocurrida el 24 de Enero de 2018 en el penal de Loreto. La mujer aseguró que el joven no tenía motivos para querer suicidarse y advirtió que hubo amenazas a testigos con el objetivo de cerrar la investigación con la hipótesis del suicidio.

“Amenazaron a testigos y quieren cerrar la causa”, denunció madre de “suicidado” en Loreto

POSADAS. Este miércoles, familiares y allegados de Pedro Cáceres (26), encabezados por su madre, Gladis Rivas, hicieron sentir su reclamo por el esclarecimiento de la muerte del joven ocurrida el 24 de Enero del 2018 en el Penal de Loreto.  

Rivas descree de la versión oficial de las autoridades penitenciarias, para quien se habría quitado la vida prendiendo fuego un colchón de su celda. La familia continúa reclamando justicia y este miércoles, Rivas dijo a MisionesCuatro que testigos habrían sido amenazados para cambiar la versión que en un primer momento habían brindado sobre los hechos.

“Muchas cosas no están claras, la primera versión de los testigos fue una y fueron amenazados por lo que cambiaron su versión”, dijo la mujer en diálogo con este medio, apuntando a un intento de encubrir a los responsables de la muerte de su hijo.

De acuerdo con la mujer, “empezó el incendio y lo dejaron de 10 a 15 minutos en la celda” a su hijo, para luego llevarlo a un patio interior y “a las 2-3 de la tarde recién, lo trajeron al hospital (Madariaga).

Consultada al respecto, Rivas dijo que no tuvo acceso al informe de la autopsia, pero aclaró que no sabe leer ni escribir.

Sin embargo, Rivas aseguró que hubo otros elementos que mueven a la sospecha sobre la investigación policial y judicial de la muerte de Pedro. “La ropa que tenía puesta ese día, no estaba quemada, pero (el cuerpo) tenía quemaduras profundas en la espalda”, apuntó Rivas, sobre un presunto adulteramiento de pruebas.

Para Rivas, su hijo no tenían intenciones de suicidarse y de hecho “estaba feliz porque le quedaba poco tiempo (por cumplir su condena) y tiene una hija. Las veces que me iba a verlo, invitaba al servicio penitenciario, las cosas que le llevaba. No entiendo por qué pudo pasar esto”, comentó la mujer.  

“Quieren cerrar el expediente, siendo que la causa no está investigada como corresponde”, expresó Rivas. 

En la presentación legal para impulsar la instrucción de la causa, los familiares de Cáceres responsabilizan al alcaide Eduardo Abel Pereyra y al subadjutor Roque Ariel Bergalo, por la muerte del joven.

El caso del “suicidado” en el Penal de Loreto

Cáceres estaba encerrado en la celda de castigo cuando discutió con un celador –sería Bergalo-, que le habría dado el encendedor con el que se desató el incendio. El joven habría pedido agua caliente y al serle negada, habría amenazado con prender fuego la celda.

El subadjutor, según las primeras versiones, le habría ofrecido su encendedor desafiándolo a que lo hiciera. Se inicia el fuego dentro de la celda –aún no está claro cómo ocurrió esto- y Cáceres sufre quemaduras gravísimas en la espalda y torso. Falleció cinco días después, el 29 de Enero, en el Hospital Madariaga a causa de las quemaduras.

Según declaraciones de internos que se hicieron públicas, el subadjutor “era un verdugo. Buscaba la reacción de los presos para poder sancionarlos y eso pasó con este chico, por querer separar una pelea lo metieron a ‘la puerta de hierro’ y ahí ese celador se ocupó de hacerlo reaccionar con la consecuencia que se sabe”, señalaron.

“Era tanta su maldad que unos diez reclusos víctimas de su maltrato hace poco se juntaron y pidieron que directamente lo saquen del penal. Por eso estaba en el sector de contención y muchos vieron el maltrato que sufrió ese chico sólo por pedir agua”, señaló uno de los reclusos en enero del año pasado, en declaraciones a un diario local.

A Pedro Cáceres le quedaban 6 meses de condena por cumplir –estaba preso por un robo- y no daba muestras de depresión, por lo que resulta poco creíble la versión del supuesto suicidio que investiga el juez de instrucción Fernando Verón.

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