“Axel siempre fue alguien a quien le gustaron las fotos y las cámaras. Hasta para ir a comprar papas se arreglaba y peinaba”, comparte Antonieta, quien describe a su hijo como alguien apasionado por la imagen y el modelaje.

La participación de Axel en Gran Hermano no fue un impulso repentino. Según Antonieta, Axel estuvo motivado desde la edición anterior del programa, pero las complicaciones para subir el video de casting retrasaron su participación. Sin embargo, cuando comenzó la nueva temporada, le confesó a su madre: “Yo tenía que estar ahí”.

El proceso para llegar a la Casa de Gran Hermano no fue sencillo. Antonieta revela que los amigos de Axel jugaron un papel crucial, ayudándolo a crear un video de presentación. “Fue un montón porque no estamos acostumbrados”, admite Antonieta, quien recibió el mensaje de su hijo anunciando que lo llamaron para el casting.

“Cuando vivía conmigo era callado. No hablaba y era muy tímido”, recuerda Antonieta. Sin embargo, al mudarse a Posadas con amigos, Axel experimentó un cambio notable. Se volvió más sociable y se sumergió en un mundo donde entraba y salía gente constantemente, preparándose para la oportunidad que le cambiaría la vida.

La historia de Axel se encuentra en un punto crucial. Su madre destaca que se jugó su última carta al ingresar a Gran Hermano, buscando cumplir sus sueños relacionados con el modelaje, las publicidades y la atención mediática. “A él le gusta mirarse y que lo miren”, agrega Antonieta.

Con un premio de 50 millones de pesos en juego, la participación de Axel en Gran Hermano se presenta como una oportunidad única. La familia y la comunidad de Apóstoles esperan con expectación para ver cómo se desarrolla esta historia en la Casa de Gran Hermano.