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“La policía quiere que diga que fui el que mató a Lieni”

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Son algunas de las últimas palabras que dijo Hernán Céspedes (19), el único procesado por el femicidio de Lieni ‘Tati’ Piñeiro, poco antes de aparecer ahorcado en su celda en la temible UR V de Puerto Iguazú. Este domingo se cumplieron 6 años de su muerte, para muchos, un homicidio para encubrir a los “hijos del poder” de Esperanza.

“La policía quiere que diga que fui el que mató a Lieni”

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Son algunas de las últimas palabras que dijo Hernán Céspedes (19), el único procesado por el femicidio de Lieni ‘Tati’ Piñeiro, poco antes de aparecer ahorcado en su celda en la temible UR V de Puerto Iguazú. Este domingo se cumplieron 6 años de su muerte, para muchos, un homicidio para encubrir a los “hijos del poder” de Esperanza.[/vc_column_text][vc_single_image image=”177908″ img_size=”full”][vc_column_text]PUERTO IGUAZÚ. Este domingo 22 de julio se cumplieron seis años de la muerte de Hernán Céspedes, joven de 18 años que apareció ahorcado esa mañana en un calabozo de la Unidad Regional V de Puerto Iguazú. Era el único procesado por la violación y femicidio de Lieni Itatí Piñeiro, ocurrido el 12 de Julio en Puerto Esperanza, un crimen que sigue sin esclarecerse y en el que se sospecha de la participación de los llamados ‘Hijos del Poder’ de esa localidad –es decir, hijos de empresarios y personas relacionadas a la familia de Alfredo y Gilberto Gruber, intendente y ex intendente de la comuna.

Días antes de su supuesto suicidio, Céspedes fue detenido y golpeado por la Policía de Esperanza, en el marco de un operativo represivo que incluyó torturas a varios jóvenes del pueblo.

Según sospechas de la familia de Piñeyro, los uniformados buscaban a alguien a quien culpar por el crimen de la joven violada y degollada. Y encontraron a Céspedes, que era un compañero de la secundaria de la víctima.

Como es de público conocimiento, Céspedes fue detenido en el marco de una investigación sospechada de estar viciada y direccionada, en la que el propio juez Juan Fernández Rizzi admitió posibles contaminación de la escena del crimen.

Días después de su detención, Céspedes llegó ver a su madre por última vez, y le reveló que estaba siendo víctima de torturas y amenazas por parte de los uniformados. Según  el relato del joven, los policías implicados querían que se autoincriminara como culpable del femicidio.

“La última vez que vi a mi hijo con vida, después de estará horas esperando para saber de él, abrieron el candado y me dejaron verle un rato en la celda. Me habló al oído y bien clarito me dijo mami, me están matando, la policía demasiado quiere que yo diga el que fui el que mató a Lieni, me están golpeando por todos lados, me ponen bolsas en la cara para asfixiarme, y me están amenazando mamita, creo que no voy a volverte a ver mamá, me dijo y me abrazó”, contó Nora Valdez, madre de Hernán, a la Revista superficie.

El oscuro e inverosímil suicidio se produjo horas antes de declarar. Días después de la autopsia, la familia de Hernán difundió un video en las redes sociales en el que daban cuenta de lesiones e indicios de golpes en el cuerpo que no aparecieron en el informe de su autopsia.

Con el transcurrir de los días y los testimonios circundantes en el pueblo, cobró amplia relevancia la hipótesis de que uno de los asesinos de Taty Piñeyro sería un “hijo del poder político” local de Puerto Esperanza. Más precisamente, las sospechas apuntan a Fabián Gruber, hijo del ex intendente Gilberto Gruber, que había organizado la fiesta de su cumpleaños el día previo al femicidio.

Asimismo, cabe recordar que en el cuerpo de Lieni, se encontraron restos de cabellos rubios, que no son compatibles con los de Céspedes –que era de cabellos oscuros-, pista que no fue investigada por la policía y la justicia misioneras. Los uniformados, jueces y el poder político renovador se quedaron conformes con la hipótesis del femicidio seguido de suicidio dentro de la cárcel.

Idea que no puede dar cuenta de las numerosas y graves denuncias por la contaminación de la escena del crimen, el accionar delictivo de uniformados y el direccionamiento de la causa.

Cuando Céspedes “apareció muerto”, la policía de Iguazú habló de un “error”. “De por sí hubo un error por parte nuestra” dijo el comisario Daniel Alonso de la URV Puerto Iguazú a los medios. “Alguien le dio a Céspedes un cordón. Pudo haber sido otro preso o alguno que lo visitó” agregó.

¿Quién era el comisario de Puerto Esperanza a cargo del operativo que terminó con la detención e “interrogatorio” de Hernán? Se trata de Rubén García, el mismo que el pasado 15 de mayo de este año, fue apartado de su cargo luego de la viralización de un video en el cual se observa cómo entre cuatro efectivos policiales torturas física y psicológicamente a un joven maniatado, hecho que ocurrió dentro de la comisaría.

En ese video, se aprecia en medio de la tortura con un cinto, que al joven torturado se le amenaza con “ir a Iguazú”. ¿Por qué irrumpe en el interrogatorio de estos policías la posibilidad de Iguazú como un destino amenazante? Ese itinerario, torturas en la comisaría de Puerto Esperanza y muerte en Unidad Regional V de Puerto Iguazú, fue exactamente el que signó los últimos días de Hernán Céspedes.

El caso de Céspedes continúa sin resolverse en el Juzgado Penal N°1 de Eldorado a cargo del juez Roberto Saldaña.

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Revista Superficie/jmm.

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