El Instituto Nacional de
Derechos Humanos de Chile (INDH) informó que en 21 de esos casos se produjo el
estallido o la pérdida de un ojo mientras que el resto corresponde a lesiones o
traumas.
La cifra supone un incremento de 111 personas respecto al
anterior reporte del INDH, del pasado 3 de diciembre.
El viernes, manifestantes y policías se enfrentaron luego de
que miles de personas volvieran a tomar las calles de Santiago para marcar los
50 días desde el comienzo de la peor ola de protestas en el país en décadas
Desde hace semanas, los chilenos protestan por la desigualdad
social y económica heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y
contra una elite política integrada por un pequeño número de las familias más
ricas del país, entre otras cuestiones.
La crisis es la peor en tres décadas de retorno a la
democracia y ya ha dejado 26 muertos y más de 12.000 heridos, según la
Organización de Estados Americanos (OEA), además de 20.600 detenidos.
Las heridas oculares se han convertido en uno de los mayores
traumas del estallido social de Chile, que se alargan ya por 50 días y que han
dejado al menos 23 fallecidos.
Los casos más paradigmáticos son los de Gustavo Gatica y Fabiola
Campillai, quienes perdieron la visión de sus dos ojos al ser presuntamente
disparados con una escopeta de balines de goma y con una bomba lacrimógena,
respectivamente, por agentes policiales.
El INDH, un ente público pero autónomo e independiente, difundió
también que 3.449 personas han sido heridas desde que comenzaron las protestas,
el pasado 18 de octubre, de las que 1.982 habrían sido por disparos de bala,
balín, perdigones u objetos no identificados, informó la agencia de noticias
EFE.
Además, el organismo ha interpuesto un total de 685 querellas
contra la acción de los agentes del Estado, de ellas 6 por homicidio, 11 por
homicidio frustrado, 108 por violencia sexual y 544 por torturas y tratos
crueles.
El director del INDH, Sergio Micco, señaló que en Chile se
están dando “conductas reiterativas en orden al uso y abuso de escopetas
antidisturbios”, algo en lo que dijo coincidir con el informe que este
viernes emitió la Comisión Interamericana de Derechos humanos (CIDH) sobre la
situación en el país.
La CIDH expresó su “condena al uso excesivo de la
fuerza” y los graves desmanes durante las protestas sociales en Chile y
subrayó su preocupación por el elevado número de denuncias de violaciones a los
derechos humanos.
En un comunicado, la CIDH pidió, además, al gobierno del
presidente Sebastián Piñera que ordene “el cese inmediato del uso
desproporcionado de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad del
Estado”.
Respecto al informe de la CIDH, el gobierno de Chile
respondió que comparte su preocupación y que su compromiso “ha sido y es
que las fuerzas de orden y seguridad realicen el mandato constitucional que les
ha sido encomendado para resguardar la seguridad y el orden público respetando
siempre los derechos humanos de todas las personas”.
Así lo destacó un comunicado del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, en el que el gobierno valoró también que la CIDH repruebe que
en determinadas circunstancias grupos de manifestantes hayan provocado graves
desmanes durante algunas manifestaciones, arrojando objetos contundentes contra
las fuerzas del orden, destruyendo equipamiento público, protagonizando saqueos
y otros tipos de agresiones.
Chile: 352 manifestantes con heridas oculares en otro día de protestas
cargando anuncio