“La universidad ha accedido a convenios con bancos y tarjetas de crédito para lograr una financiación más accesible y facilitar el pago de las cuotas”, nos cuenta Rauber. Esta iniciativa busca aliviar la carga económica que enfrentan los estudiantes y sus familias, permitiéndoles acceder a la educación superior sin comprometer su estabilidad financiera.
Sin embargo, señala que, a pesar de estos esfuerzos, el incremento en el porcentaje de la matrícula ha sido inevitable. Esta realidad refleja los desafíos económicos más amplios que enfrenta el país y cómo impactan en el costo de la educación universitaria.
A pesar de este aumento, Rauber destaca que la universidad también está haciendo todo lo posible para brindar opciones de descuentos a sus estudiantes. Estos descuentos pueden ayudar a aliviar la carga financiera y hacer que la educación superior sea más accesible para un grupo más amplio de personas.
En conclusión, algunas universidades están tomando medidas proactivas para apoyar a sus estudiantes en medio de la difícil situación económica. A través de convenios de financiación, opciones de descuento y otras estrategias, están comprometidos a garantizar que la educación superior siga siendo una opción viable para aquellos que buscan mejorar sus oportunidades académicas y profesionales.