Este viernes, en un debate oral desarrollado la sala de debates del Tribunal Penal Uno de Oberá, un operario de un aserradero de 40 años fue hallado culpable del delito de “abuso sexual con acceso carnal doblemente calificado”, por haber abusado sexualmente de su hija menor de edad y contagiarle una enfermedad de transmisión sexual, hecho ocurrido en Aristóbulo del Valle en el año 2018.

El debate comenzó el jueves con, entre otros, el testimonio de la madre de la niña y denunciante, quien remarcó siente vergüenza que se supiera que su hija fue abusada por su padre.

En la audiencia, luego que prestaran declaración los últimos testigos, principalmente profesionales de la salud, se desplegaron los alegatos de las partes.

Estela Salguero de Alarcón, representante del Ministerio Público Fiscal, dijo que la autoría del hecho se probaba con claridad y citó el informe de la pericia psicológica en Cámara Gesell, que es fundamental para evaluar los delitos de índole sexual a menores.

La funcionaria señaló que los test gráficos que fueron hechos por la niña cuando tenía 7 años (en 2018), daban cuenta de una situación de aislamiento, timidez, carencia afectiva, y dificultad para defenderse ante situaciones difíciles. También demostraba gran presión y estrés.

Respecto a las pericias médicas, la fiscal señaló que “no tienen contradicciones y que no dejan ninguna duda” y confirman que hubo abuso con acceso carnal por vía anal y oral a la víctima, cuyas lesiones zonificadas, dieron positivo para la enfermedad en las pruebas de laboratorio.

En este sentido, destacó que los profesionales coincidieron que el contagio de la sífilis fue con contacto sexual a la menor.

Pidió a los magistrados que “no pierdan de vista que la niña tenía 7 años y que la mamá también fue contagiada”.
Al momento de solicitar pena solicitó que el padre reciba: “17 años de prisión como autor penal responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal doblemente calificado”.

Por su parte, la defensa del implicado alegó a favor de la absolución y libertad inmediata de su defendido, señalando que “no hay que confundir la existencia material del hecho (el contagio) con la autoría del mismo”.

Dijo que no había coincidencia entre el contagio de la menor y la fecha de la denuncia, respecto al momento en el que el acusado, junto a su esposa, había comenzado el tratamiento para la enfermedad que contrajo.

El acusado fue hallado responsable como autor del delito de “abuso sexual doblemente calificado” artículo 119 primer y quinto párrafo del Código Penal Argentino, a la la pena de nueve años de prisión.

Los camaristas también remarcaron en su veredicto que, durante el tiempo de pena permanezca el involucrado dentro del Registro Provincial de Condenados por Delitos Contra la Integridad Sexual.

Los hechos

El caso sucedió en las afueras de Aristóbulo del Valle y tomó estado judicial a instancias de la denuncia hecha en agosto 2018 por la madre de la niña tras tomar conocimiento de que su esposo (el condenado) tuvo que acudir al médico por una serie de infecciones en la zona íntima. En ese contexto se determinó que se trataba de sífilis, una enfermedad transmisión sexual y que ella también había sido contagiada.

Posteriormente, la mujer notó que la hija tenía lesiones similares en el área de la boca -principalmente- por lo que la llevó a la consulta con una pediatra y ésta confirmó que se trataba de la misma enfermedad de transmisión, alertando que podría ser un caso de abuso sexual por lo que recomendó hacer la denuncia formal de manera inmediata.

Finalmente, las pericias médicas y audiencia en Cámara Gesell con una psicóloga del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial confirmaron que la pequeña había sido violada por su padre y que como consecuencia de eso contrajo la enfermedad. Para ese entonces, el hombre ya estaba detenido.