[vc_row][vc_column][vc_media_grid element_width=”6″ grid_id=”vc_gid:1559430105615-fb9434cd-dd1d-4″ include=”241276,242771″][vc_column_text]Resignación o cambio; la ciudad de Posadas se define entre sensaciones. Entre lo que se palpita en las calles de la ciudad y entre el discurso del poder.

El humor social durante toda la campaña fue oscilante y aún sigue siendo un misterio.

De hecho, cuesta tanto entender y arriesgar un posible resultado electoral objetivo, porque hace años que no se planteaba una disputa tan intensa.

Volvió a ser una novedad, tener que esperar hasta las últimas horas del domingo para conocer el futuro político de Posadas.

Al inicio de la campaña, el gobierno confiaba en que había poco por discutir; la realidad económica del país sería determinante para el elector posadeño.

De hecho, los primeros días de proselitismo se discutía el precio de la nafta y de la carne.

Sin embargo la oposición logro cambiar el eje de la discusión y transformar esta disputa en lo que realmente es; una discusión municipal.

“Ahora se discute si van a juntar la basura o no, en Octubre hablemos de la inflación”, se dijo desde el frente Juntos por el Cambio. Y efectivamente, fue lo que en un principio pensó el vecino a la hora de elegir su voto.

“No se trata de Cristina ni de Macri, se trata de nosotros”, dijo un candidato a intendente radical, graficando el verdadero debate en la ciudad.

Desde ese momento en adelante, la confianza oficial empezó a derrumbarse y se tradujo en la aparición de la campaña sucia que dejó en evidencia la preocupación del poder.

Sin embargo, hace una semana que el “círculo rojo” del poder político y mediático de Misiones decidió bajar una fuerte y vieja estrategia política: Encuestas hechas a medida. “Ya está todo resuelto, gana la Renovación”, se dijo desde ese momento.

La jugada, por ahora, parece ser determinante y logró cambiar el eje del debate: Ya no importa quién recogerá la basura, sino quién es que supuestamente gana.

Fue tan efectivo el giro discursivo de renovación que dejó sin aliento y reacción a casi todos los opositores. Porque pese a los intentos de algunos, no se logró unificar un contrataque eficaz.

El gobierno se “auto-colocó” en una zona de confort que a la vez le resulta agradable y cómoda a muchos electores.

Al menos, en algunos sectores la idea logro penetrar y quebró la duda que existía sobre los resultados. Siempre están los que eligen el “pájaro en mano”, incluso a veces son quiénes terminan de definir pujas como estas.

Hasta el momento, hay indicios de que el viraje oficial fue bastante efectivo, especialmente entre aquellos electores que se encolumnaban entre los “indecisos” y que generalmente apuestan al ganador.

Vieja máxima política: “Ya está todo resuelto, quedate en tu casa a tomar mate nomás, total ya ganamos”, insiste aún hoy el gobierno.

Sin embargo, los dirigentes más escépticos y optimistas de la oposición opinan que esta estrategia renovadora no logró instalarse realmente en los sectores más populares de la ciudad.

Justamente es lo que está por verse este domingo, porque también es muy cierto que el humor social en las calles de Posadas parece estar muy lejos de los logaritmos oficiales.

En definitiva, recién durante las últimas horas del domingo se sabrá quién triunfó.

Si la “auto-profecía” del poder se cumple, o si el ciudadano esta vez será fiel a lo que se dice y piensa en las calles.

Si el voto se direcciona al supuesto ganador, como si fuese un número de la quiniela. O si finalmente se materializa la disconformidad real que existe hoy con los últimos años de olvido de las gestiones a cargo de los mismos de siempre.

Resignación o cambio, el poder está en la gente.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]

xp.

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