CHUBUT. El Ministerio de Turismo chubutense denunció que el dueño de un campo aplastó unos 140 nidos de pingüinos y electrocutó un centenar de ejemplares más en la reserva natural de Punta Tombo. Los videos del caso se viralizaron en las redes sociales y generaron indignación.
En medio de una expedición ocular realizada por los guardafaunas de la reserva de Punta Tombo, los trabajadores se percataron que una persona había realizado un camino sin autorización, el cual pasaba por todo el campo hasta la costa.
Como lo hizo con máquinas de alto porte, el dueño del campo aplastó 140 nidos de pingüinos -aproximadamente se encuentran tres pingüinos por nido, en una zona de alta densidad de pichones que viene a tener crías desde Magallanes a la reserva- y electrocutó a otro centenar en la reserva de Punta Tombo.
“Una persona realizó un camino sin autorización, el cual iba del campo hasta la costa con una máquina de alto porte, enterrando todos los nidos de pichones de pingüinos, en una zona de alta densidad”, dijo la fiscal de Rawson, Florencia Gómez. Además, el hombre electrificó el cerco, lo que provocó la muerte de un centenar de pingüinos adultos.
Con la autorización judicial el martes por la mañana se realizaron allanamientos en el lugar para inspección ocular y secuestro. Al hombre -que causó un “daño irreparable”, según la fiscal- se lo imputaría por el delito de maltrato animal.
Por su parte, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, anunció que la cartera a su cargo presentará, junto con la provincia de Chubut, una denuncia penal para que se investigue la matanza de pingüinos y nidos que realizó un hombre en un área Natural Protegida de Punta Tombo.
“Vamos a denunciar penalmente a los responsables de la matanza de pingüinos que se produjo en Punta Tombo. Este daño ambiental es irreparable”, dijo Cabandié y agregó que “en este momento está viajando a Chubut la Brigada de Control Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para inspeccionar el campo donde ocurrió este delito”.
