La catedral de Notre Dame, en París, abrió sus puertas a la prensa, por primera vez tras el incendio del 15 de abril en el que se derrumbaron la icónica aguja y el tejado del edificio del siglo XII, en el marco de “una restauración homeopática”, dijo el arquitecto responsable, Philippe Villeneuve, que tiene como objetivo mantener la mayor fidelidad posible al modelo original.
“La estructura de la catedral está a salvo. Podríamos decir que hemos
tenido suerte”, dijo Villeneuve, anfitrión de la visita por los
exteriores de la Catedral de Nuestra Señora, monumento histórico, patrimonio de
la humanidad incluido en las riberas del Sena y uno de los íconos más antiguos
del gótico, situado en la pequeña isla de la Cité.
“Soy reticente a la firma de un
arquitecto en una obra maestra como es Notre Dame”, aseguró quien al día
siguiente al incendio se acercó personalmente a inspeccionar el estado de la
catedral, informó la agencia de noticias EFE.
“La providencia me ayudó a detectar los
elementos frágiles que amenazaban con derrumbarse”, como bóvedas y pilares,
que fueron reconstruidos para salvar la estructura.
En tanto que sobre el terreno, además de arquitectos y obreros, trabajan científicos especializados en
monumentos históricos, para investigar el estado de las piedras ennegrecidas
por el fuego y saber si es posible reutilizarlas. Muchas de ellas solo
perdieron el 20 % de su resistencia, un daño calificado como menor.