Benítez comentó que la situación es crítica, y que no es la primera vez que se reportan incidentes. “Hace 30 años que esto está así, y nunca se ha solucionado. En la intersección de la calle 146 y la avenida Cocomarola, hay un desnivel pronunciado que ha causado estragos en los vehículos que circulan por la zona”, explicó.

“La semana pasada, un automóvil ingresó al barrio sin conocer la zona, y la boca de tormenta le arrancó por completo el cárter. Es un peligro constante para los conductores desprevenidos”, agregó.

La falta de alumbrado público también preocupa a los residentes, quienes indican que las luces instaladas hace aproximadamente un año están experimentando fallas. “Todo lo que se colocó hace un año, los LEDs se apagaron y solo unos pocos iluminan. Estamos a la espera del cambio por parte de EMSA”, señaló.

La oscuridad en la zona por la noche ha generado inquietudes adicionales en relación con la seguridad. “La falta de iluminación invita a la delincuencia. Aunque la policía realiza patrullajes en el barrio, la oscuridad dificulta la vigilancia eficiente”, agregó.

A pesar de los desafíos, los residentes reconocen el esfuerzo de la policía local en mantener la seguridad en el área. “En cuanto a la seguridad, estamos contentos con la presencia policial en el barrio. Sin embargo, es crucial abordar estos problemas de infraestructura para garantizar la integridad de los residentes y sus vehículos”, concluyó.