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“Plus size” y el debate sobre los estereotipos de belleza

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Brenda Mato, modelo y militante del Body positive, y Lala Pasquinelli, creadora de Mujeres que no fueron tapa, analizan la importancia de una representación real de las mujeres en los medios de comunicación.

“Plus size” y el debate sobre los estereotipos de belleza

La tapa de Caras, que salió a la calle este 22 de julio, generó diversas reacciones que evidenciaron la problemática sobre la exposición de los cuerpos en los medios de comunicación. Brenda Mato y Lala Pasquinilli analizan en profundidad el rol de la comunicación en la construcción y reproducción de los estereotipos relacionados con un ideal de belleza ficticio. 

¿Consideran al término plus size como estigmatizante?

BM: No creo que sea estigmatizante en absoluto porque simplemente habla de una terminología que tiene que ver más con una cuestión del mercado en sí mismo. Como no considero estigmatizante el término gorda ni ningún termino que tenga que ver específicamente con el cuerpo, aunque tal vez sí los que tengan que ver con patologías. Pero no creo que decir plus size sea estigmatizante si no al contrario.

A mí me pasa con el modelaje que me parece copado nombrarlo para visibilizar un montón de cosas. Pero en el caso puntual de la princesa de Holanda, no entiendo porqué ella tendría que tener orgullo de tener determinado talle. Me parece que el término no está bien usado en el caso de la nota, pero no creo que haya que tenerle miedo. 

LP: Básicamente los medios se dieron cuenta que no pueden decir que las mujeres tienen sobrepeso o que están gordas, entonces usan eufemismos como plus size o curvy. Pero en realidad están hablando de lo mismo: cuerpos que a criterios de los editores salen de “la norma”, de lo aceptado y de lo que los cánones de belleza actual que exigen para ser considerado un cuerpo bello o un cuerpo que tiene derecho a ser exhibido deseado, mirado.

Entonces ahora se usan categorías en la industria de la moda y los medios como eufemismos que en realidad son estigmatizantes. Es como decir talles especiales o talles grandes, cuando a una mujer que encaja en el talle 36 o 34 no se la nombre de una manera en particular. Es una nueva manera de llamar a los cuerpos que están por fuera de la norma.

¿Qué opinión les merece la discusión generada en los medios de comunicación y redes sociales sobre dicho tema?

Brenda Mato:Que lo que importa es otra cosa. Aunque lo único que parece que importa de las mujeres en general sigue siendo nuestro aspecto, nuestra estética, nuestro cuerpo. En cambio la hija de Máxima Zorreguieta es una nena inteligente que está adelantada un año en el colegio, que escribió una obra de teatro para la navidad pasada. Ósea hizo un montón de cosas mucho más interesantes que su talle y su cuerpo. Y me pregunto por el mensaje que le estamos mandando a otra mujeres.

Se cree que no hacemos nada más importante que preocuparnos por nuestra apariencia, que no podemos apuntar a otra cosa. Siento que constantemente nos reducen a eso y los medios siguen hablando todo el tiempo sobre nuestra apariencia, sobre lo que usamos, lo que no usamos, si nos vestimos bien, si nos vestimos mal. Entonces seguimos siendo muñecas Barbies encerradas en una casa sin ningún tipo de posibilidad. No nos cuentan otras opciones, otras posibilidades.

Necesitamos esa representación porque sino no avanzamos y seguimos en el lugar donde básicamente las mujeres somos imbéciles y todo lo que nos preocupa es el color de temporada. Cuando la realidad no es así.

Lala Pasquinelli: Es importante que no se siga hablando del talle de las mujeres, ni del peso, ni de las medidas, principalmente porque ni somos una heladera ni ningún tipo de objeto al que haya que apreciar por condiciones externas. Una tapa como la que se vio hoy no sería posible si estuviéramos hablando del príncipe y no de la princesa, no me imagino un título del tipo: “El príncipe luce con orgullo su talle plus size”.

Necesitamos ser valoradas por lo que hacemos, por lo que pensamos, por nuestro intelecto y nuestras capacidad. No seguir siendo evaluadas por nuestra apariencia física como si fuésemos objetos. Es realmente una vulneración de derechos. 

¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación en crear estereotipos?

BM: Muy altas. Por el exceso de Photoshop, por perpetuar siempre el mismo tipo de cuerpos. No solamente en las tapas sino también en las editoriales. En todas las revistas, incluso en las que me consultan sobre determinados temas, siguen perpetuando un montón de cosas de las cuales critican en las mismas páginas y me parece que no se hacen mucho cargo de la responsabilidad que tienen. Pero es muy alta porque venimos consumiendo lo mismo y la visibilización que hay en los medios es básicamente nula.

Cuando se habla sobre el tema se trata de esta forma. Cuando hablamos o ponemos en tapa a una persona que no coincide con los estándares lo hacemos con bombos y platillos como diciendo “miren qué diversos que somos” y se lo hacemos notar. Pareciera que es un espacio que se está regalando y que no les pertenece.

Y es importante que desde los medios, que también de cierta forma nos educan y forman opinión, se hagan cargo en su totalidad de la coherencia. De decir “okey esto es lo que yo pienso, bueno necesito reflejarlo”. Porque si los medios no son un reflejo de la sociedad, ¿qué hacemos?

LP: La responsabilidad de los medios es absoluta porque cuando hablamos de medios hablamos también de publicidad, no solo de las imágenes que circulan que son todas de personas blancas, delgadas, jóvenes, especialmente en las mujeres. Los medios tienen una responsabilidad central en la reproducción de un estereotipo de mujer en la que encarnarlo es un requisito profesional, un requisito para tener circulación en el mercado del deseo, para ser elegidas y es lo que nos da identidad.

En esos términos ser mujer es encajar en ese modelo. La buena mujer es la que entrega su vida si es necesario a lo que haya que hacer para ser joven, blanca, delgada, tener la piel tersa o ser estilizada. Creo que estamos poniendo en discusión esto pero lo que al menos nosotras vemos respecto de los medios y las industrias que son las que publicitan, es una insistencia en la reproducción de estos modelos como si hicieran oídos sordos a los reclamos de ser no cosificadas.

En este tipo de publicaciones, el ojo está siempre puesto en la apariencia y no en lo que hacemos, pensamos, o en lo que nos gusta. Siempre la mirada está puesta en nuestro cuerpo como un objeto y no en la integridad del ser humano. Porque pareciera que no somos seres humanos.

Fuente: Marie Claire, Perfil

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