Política

Temiendo una debacle electoral, el FR pidió boletas presidenciales sueltas

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La información fue confirmadas el Secretario Electoral Nacional en Misiones, Eduardo Boneto; la Renovación K pretende evitar la pérdida de votos dada la presencia de candidatos presidenciales fuertes con sus propios candidatos a diputados nacionales.

Temiendo una debacle electoral, el FR pidió boletas presidenciales sueltas

POSADAS. En una entrevista con Radio Libertad, el Secretario Electoral Nacional en Misiones, Eduardo Boneto, confirmó que el frente Renovador de la Concordia Social solicitó que en las próximas elecciones haya boletas presidenciales sueltas en los cuartos oscuros. Es que como la Renovación se presenta con boleta corta, es decir, sin candidatos presidenciales, temen que el “voto arrastre” ocasione una debacle electoral para la lista que encabezan Diego Sartori e Ivonne Aquino.

Como es de público conocimiento, el corte de boletas históricamente es inferior al 4%, por lo que en la Renovación hay temor de que los votantes que elijan a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, empujen la lista a diputados nacionales del Frente de Todos, que encabeza la camporista Cristina Britez y el presidente del PAyS, Héctor “Cacho” Bárbaro.

Si no se corta la boleta, los votos a Fernández –o a cualquier candidato a presidente- serán acompañados por los candidatos a diputados nacionales que acompañen a las fórmulas presidenciales –es decir, a las “boletas largas”- en detrimento de las listas que no lleven un candidato para la Casa Rosada.

Según los apoderados renovadores, el pedido consiste en que existan boletas presidenciales “sueltas”, -es decir sin adhesión de sus postulantes locales– en pos de “evitarle a la población la confusión en el corte de boletas y respetar la ‘voluntad’ de su voto”. Con esta maniobra, los renovadores buscan mitigar el efecto del voto arrastre que favorecería a los candidatos a diputados que presenten boletas con todas las categorías nacionales –presidente, vice y diputados.

Cabe subrayar que a la Renovación jamás se preocupó demasiado por la confusión del votante misionero, al que le imponen elección tras elección, sufragar con el cuestionable sistema de la Ley de Lemas. Para los renovadores no parece importante que el elector misionero se confunda y tratando de votar a un opositor a una gestión, termine fortaleciendo al oficialismo –los votos a un opositor del mismo sublema que el oficialismo, se suman al candidato más votado del lema en cuestión.

Pero sí es crucial para ellos, que los votantes no se “confundan” en los comicios de Agosto y Octubre, y elijan a candidatos a diputados nacionales automáticamente, al optar por alguna boleta presidencial.

Respecto del pedido de la Renovación, Boneto sostuvo que la determinación se conocerá antes del próximo viernes 12, fecha en la cual deben estar oficializadas las boletas. Para el funcionario, el planteo renovador no busca la anulación de las boletas adheridas sino que busca la existencia de “boletas presidenciales cortas”.

Asimismo, el secretario electoral confirmó que el Partido Socialista misionero adherirá a la fórmula Roberto Lavagna – Juan Manuel Urtubey, mientras que las alternativas lideradas por el economista José Luis Espert, el ex jefe de aduanas, Juan José Gómez Centurión y la dirigente izquierdista Manuela Castañeira irán con boleta presidencial suelta porque no tienen candidatos propios en Misiones. En tanto, el Partido Obrero se plegará al binomio Nicolás Del Caño – Romina Del Pla.

Con este pedido, quedó en claro que la cúpula de la Renovación teme una monumental caída en su caudal electoral. No sólo porque las fórmulas presidenciales de Fernández – Fernández y la del frente Juntos por el Cambio (Mauricio Macri–Miguel Pichetto), miden bien en la provincia y de no haber corte de boleta, empujarán las candidaturas a diputados nacionales de esos espacios. Sino también porque Sartori y Aquino no cuentan con una intención de votos importante.

Más allá de los gestos al kirchnerismo –sobre todo con la visita de Alberto, semanas atrás-, la Renovación no podría capitalizar los votos a presidente, a menos que la Junta Nacional Electoral habilite las boletas presidenciales sueltas. Y es que, el partido de la Renovación K, no quería jugar en las presidenciales con boleta corta.

Sin embargo, como el presidente Macri, a través del decreto 259/19, derogó las colectoras –es decir, que varios partidos provinciales puedan presentar el mismo candidato presidencial-, los renovadores se veían obligados a acordar políticamente una lista de consenso con alguna de las fuerzas nacionales, a cambio de poder contar con un candidato presidencial.

En ese escenario, la Renovación debería acordar con el Macri o con Fernández –los dos candidatos presidenciales que mejor miden-, una lista “consensuada”, lo que los dejaría en una posición subordinada y desnudaría la falacia del “misionerismo”. Hubiera sido imposible o poco probable que acordasen con el frente Juntos por el Cambio: los renovadores han culpado a Nación de todos los males económicos y sociales de la provincia durante los últimos tres años y medio.

Mientras que, de acordar con Cristina y Alberto, los renovadores deberían haber tenido que aceptar que les impongan a Britez como primer candidata –reeditando la Alianza Frente para la Victoria que armaron con el kirchnerismo en 2015 y que posibilitó a Britez y al por entonces “camporista Daniel Di Stefano, acceder a las bancas que hoy ostentan. Y probablemente deberían haber aceptado a un kirchnerista como “Cacho” Bárbaro o algún otro, en tercer lugar.

Así, los renovadores sólo podrían colocar uno o –con mucha suerte- dos candidatos propios como diputados nacionales. Ante esa disyuntiva, prefirieron ir con boleta corta y pelear por las cuatro bancas en disputa, siempre y cuando encuentren un mecanismo para evitar el “voto arrastre” de las boletas largas. De ahí que sea crucial para sus intereses, que la Junta Nacional Electoral habilite las boletas presidenciales sueltas.

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