
El uso de teléfonos celulares en el ámbito educativo vuelve a estar en el centro del debate tras la publicación de un informe de “Argentinos por la Educación”, que revela que 8 de cada 10 estudiantes se distraen con sus dispositivos móviles durante las clases. Además, el estudio señala que un 5% del alumnado nunca apaga las notificaciones, lo que agrava la desconcentración y el bajo rendimiento académico.
Ante esta problemática, la psicopedagoga Laura Mir (MP 090) analizó el impacto de las pantallas en el aprendizaje y sostuvo que si bien la distracción es una realidad, su regulación es posible. “El uso del celular en clase no es el problema en sí mismo, sino la falta de estrategias claras para su gestión”, explicó.
Según Mir, el abordaje debe centrarse en establecer límites saludables y fomentar un uso responsable de la tecnología. “No se trata de prohibir, sino de enseñar a los estudiantes a autorregularse y a utilizar los dispositivos con un propósito educativo”, afirmó. En este sentido, propuso la implementación de normativas claras dentro del aula, como la utilización de aplicaciones educativas y la desconexión programada de notificaciones durante el horario escolar.
La discusión sobre el uso de pantallas en las escuelas sigue abierta, y expertos como Mir enfatizan la importancia de una regulación equilibrada que permita aprovechar los beneficios de la tecnología sin que afecte el proceso de aprendizaje. Mientras tanto, la comunidad educativa enfrenta el desafío de adaptarse a una realidad en la que la digitalización es parte del día a día de los estudiantes.