“El vino se puede tomar cuando hace calor”, afirma Cortés, destacando la versatilidad de estas opciones, que van desde los vinos rosados hasta los conocidos como “pileteros”, ideales para acompañar jornadas junto a la pileta. Aunque la costumbre de llevar vino a la piscina aún no está tan arraigada, el especialista asegura que estas opciones refrescan y sacian la sed, convirtiéndose en una excelente alternativa.

El también vinotecario explica que, si bien los vinos tintos suelen consumirse durante la noche, es importante que se sirvan frescos, especialmente en verano, para evitar que resulten demasiado pesados. “Un vino con mucho paso por madera puede no disfrutarse tanto en estas temperaturas”, señala. A su vez, enfatiza que “el vino se toma como a la gente le guste”, sugiriendo que, si es necesario, no hay problema en ponerle hielo para que se disfrute bien frío.

En cuanto a los precios, Cortés asegura que no es necesario gastar una fortuna para disfrutar de un buen vino. “Los vinos no son caros, hay opciones desde 6 mil pesos en adelante”, concluye, destacando la accesibilidad de estas bebidas para todos los gustos y bolsillos.

Así, los vinos rosados y blancos, frescos y ligeros, se posicionan como la mejor opción para acompañar las altas temperaturas, mientras que la vinoteca sigue trabajando para acostumbrar a los consumidores a disfrutar de estas alternativas veraniegas.