
El incidente comenzó cuando el llavero, encargado de conducir a los detenidos hacia sus celdas, fue sorprendido y reducido por los internos, quienes, armados con un punzón de hierro de fabricación casera, lo pusieron en grave riesgo. La acción de los evadidos les permitió escapar del control del personal de seguridad, desatando una búsqueda inmediata.
A raíz de este ataque, se activó un operativo cerrojo y se realizaron rastrillajes coordinados por distintas dependencias de la Unidad Regional III, con el objetivo de localizar a los fugitivos. Las fuerzas de seguridad trabajan en la identificación de los responsables y la captura de los evadidos.
Además, la Jefatura de Policía dispuso que Asuntos Internos investigue los pormenores de este incidente, con el fin de determinar las posibles responsabilidades del personal de guardia que estaba a cargo de la custodia de los internos en ese momento. El caso pone en evidencia los riesgos que enfrentan los agentes de seguridad en el manejo de la población carcelaria y abre un interrogante sobre las condiciones de seguridad en las dependencias policiales.