Lilian Mariana y María Carmen Villalba, dos niñas de 11 años, fueron asesinadas en septiembre de 2020 en el norte de Paraguay por fuerzas militares. La tragedia se desató cuando las niñas, que habían viajado a Paraguay en 2019 para conocer a sus familiares, quedaron atrapadas allí debido a las restricciones de tránsito impuestas por la pandemia. Fueron capturadas por militares y presentadas en una conferencia de prensa por el presidente paraguayo Mario Abdo Benítez, quienes las mostraron como guerrilleras muertas en combate.

“Esta versión fue desmentida rápidamente. La familia denunció que se trataba de dos niñas, no de guerrilleras,” explicó. “Las irregularidades fueron numerosas: se manejó de forma clandestina la sepultura de las niñas, se quemó la ropa que llevaban y se ocultaron pruebas cruciales. A pesar de los reclamos iniciales del estado argentino, el caso no avanzó. El estado paraguayo incluso culpó a la familia por esta situación y, tiempo después, Laura Villalba, madre de una de las niñas, fue detenida y acusada de poner a las niñas en riesgo. Ella sigue presa hasta el día de hoy.”

La campaña “Eran Niñas” busca visibilizar la falta de justicia en este caso y la continua persecución política y judicial contra la familia Villalba. “Recordamos a las niñas y la impunidad del estado paraguayo, que nunca investigó adecuadamente el operativo que llevó a sus muertes ni identificó a los responsables,” agregó. “Desde enero de 2021, el estado argentino otorgó refugio político a la familia Villalba debido a la persecución que sufren en Paraguay. Sin embargo, la ministra Patricia Bullrich ha solicitado revisar este refugio, lo que podría resultar en su deportación. La familia ha sido víctima de una intensa campaña de acoso y hostigamiento, y ya no reside en Misiones debido a la falta de condiciones de seguridad.”

La campaña también exige la liberación de Laura Villalba y la aparición con vida de “Lichita,” una prima de las niñas que desapareció en el contexto de la misma persecución militar. “Es crucial marcar un límite: la persecución política o judicial no puede extenderse de forma violenta a los niños y niñas. Estamos aquí para reclamar justicia y asegurar que estos casos no queden impunes,” concluyó.