El Centro Educativo Polivalente (CEP) 1 de Posadas atraviesa una situación desesperante debido a una serie de robos y actos de vandalismo que afecta gravemente sus instalaciones y recursos. Según Valeria Arruti, secretaria del CEP 1, la escuela fue víctima de estos hechos desde septiembre, con pérdidas que superan las expectativas de la comunidad educativa. “Somos una escuela que fue vandalizada en muchas oportunidades. Nos incendiaron parte del edificio”, expresó Valeria, quien se mostró preocupada por la reiteración de los robos y el daño irreversible que sufren.
Desde el primer robo en septiembre, en el que se ingresó a la preceptoría, la escuela fue saqueada ocho veces. “Surgen robos en distintos espacios, sustraen elementos sin sentido, solo para vandalizar el lugar”, explica Valeria, detallando que los ladrones rompen muebles, dañan las instalaciones y se llevan todo lo que pueden, incluso productos esenciales para la comunidad educativa, como alimentos del desayuno escolar. “Hasta el desayuno escolar se robaron. Leche, azúcar y matecocido”, comenta con indignación.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad educativa para reponer lo perdido mediante rifas y bingos, los daños continúan siendo permanentes. Los docentes, quienes a menudo cubren los costos de reparación, también han tenido que solventar los gastos de las rejas rotas y otros daños en las instalaciones. “Rompen las rejas que solventamos los docentes”, añade Valeria.
El CEP 1 solicitó en varias ocasiones apoyo a las autoridades, pero hasta ahora las respuestas fueron insuficientes. “Tuvimos reuniones con la comisaría y necesitamos protección”, asegura la secretaria, quien destaca que el Foro de Seguridad les indicó que el pedido debía ser elevado al ministerio correspondiente para obtener una solución. “No sabemos dónde ir”, expresó Valeria, quien afirmó que la comunidad educativa se siente desbordada ante la falta de acciones concretas.
Para intentar mejorar la situación, la escuela gestionó la instalación de luminarias en la plaza cercana, pero las soluciones siguen siendo insuficientes frente a la magnitud del problema. “Estamos desbordados”, concluyó Valeria, quien pide a las autoridades locales y provinciales que tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad del establecimiento y proteger los recursos educativos de la comunidad.
Seguí leyendo