“Enero estuvo quieto. Con los calores y la poca gente, aunque todos los días se trabajó algo, fue una temporada difícil”, comentó Moreira, quien señaló que la falta de movimiento en las ventas está afectando considerablemente el flujo de su negocio.

El comerciante también destacó la preocupación por la actividad en los mercados fronterizos: “Preocupa Paraguay. El puente todos los días tiene movimiento y la gente va. La frontera conviene y la gente va”, indicó, haciendo referencia a la facilidad con la que los consumidores cruzan a estos países para realizar compras, lo que impacta directamente en las zapaterías locales.

A pesar de las dificultades, Moreira mantiene cierta expectativa para el mes de febrero, con la esperanza de una reactivación en el movimiento de ventas. Sin embargo, también advirtió sobre los altos costos que enfrenta su negocio: “Estamos pagando servicios de diciembre y está pesadísimo. Renovamos alquileres y todos los costos tienen incremento. Comienza el año y comienza la actualización de precios”, expresó.

El dueño de la zapatería también remarcó que no puede ajustar los precios debido a la baja en las ventas: “No se pueden tocar los precios porque ya no vendemos. Tenemos que sobrevivir y adaptarnos”, concluyó.