Los vecinos del Barrio San Francisco de Asís, ubicado en la zona sur de Posadas, solicitaron la intervención de las autoridades comunales ante el riesgo sanitario y de seguridad que representa un terreno privado abandonado. El presidente de la comisión vecinal, Héctor Barboza, explicó que tres lotes situados al sur de la Avenida Quaranta, en los cuales sus propietarios no mantienen el predio, se han convertido en un foco de problemas para la comunidad.
“Es un problema de vieja data”, comentó Barboza, quien destacó que desde el año 2015 los reclamos se han presentado a las autoridades competentes, pero sin obtener respuestas favorables. Los terrenos, que están mensurados, pero no loteados, están plagados de malezas que no solo dificultan la circulación, sino que también ocultan elementos robados y ofrecen refugio a personas que se esconden para cometer actos delictivos.
“Sabemos quiénes son los propietarios, pero no se ocupan de la limpieza del lugar. Hay personas que aprovechan las malezas para esconderse y ocultar elementos sustraídos”, explicó Barboza, señalando que esta situación genera un clima de inseguridad en toda la zona.
Además de los problemas de seguridad, el terreno se ha convertido en un foco de insalubridad. “Hay roedores y mosquitos, lo que pone en riesgo la salud de los vecinos”, advirtió el presidente de la comisión vecinal. También señaló que algunos recicladores urbanos se reúnen en el lugar para quemar cables y otros residuos, lo que genera un humo tóxico que afecta a la comunidad. “Este humo es altamente perjudicial para la salud de los vecinos, especialmente para los niños y adultos mayores”, subrayó.
La situación es aún más alarmante si se tiene en cuenta la ubicación estratégica de estos terrenos, a pocos metros de la terminal de transferencia y de la terminal de ómnibus, y muy cerca de un hipermercado, lo que aumenta el flujo de personas y, por ende, los riesgos.
Barboza hizo un llamado urgente a las autoridades municipales para que intervengan y tomen medidas ante el abandono de estos terrenos privados, que afectan gravemente la calidad de vida de los habitantes del barrio. “Los reclamos datan del 2015, y ya no podemos esperar más. Necesitamos que las autoridades actúen para que el predio sea saneado y se garantice la seguridad y salubridad de nuestra comunidad”, concluyó.