Según Sobol, los productores están trabajando arduamente para unificar criterios y buscar soluciones en conjunto. “Estamos debatiendo en un grupo de chat con los productores para encontrar una estrategia común. Sin embargo, la situación es extremadamente delicada”, afirmó. La falta de confianza en la dirigencia y en la política agraria se hace evidente en sus palabras: “Estamos con la soga al cuello. No confiamos en la dirigencia ni en la agraria ni en la política”.

Sobol también mencionó que la participación en las reuniones de productores ha sido baja y que las acciones de protesta no parecen ser una solución viable en este momento. “Se están trabajando en lineamientos, pero la participación de los productores es escasa. A pesar de las reuniones, como la que tuvimos en Oberá con 40 participantes, la realidad es que salir a la calle a reclamar no es una opción efectiva en este momento”, señaló.

En cuanto a la cosecha, informó que la producción comenzó en febrero y no ha cesado desde entonces. “Empezamos con precios de 270 pesos y llegamos hasta 370 en algunos casos, pero ahora el precio ha caído drásticamente. Actualmente, el servicio de cosecha se ofrece a hasta 100 pesos”, explicó. Esta caída en los precios está afectando gravemente a los productores, quienes enfrentan dificultades económicas serias. “El precio es urgente. Necesitamos una solución inmediata porque el productor no lo está recibiendo”, insistió.

Además, está trabajando en la formación de asociaciones y cooperativas comerciales para mejorar la calidad del producto y potenciar su presencia en el mercado. “Estoy trabajando en la conformación de asociaciones y en paralelo con cooperativas comerciales para presentar un producto de calidad. Sin embargo, el INYM no hizo lo que debía y muchos productores se quedan en la chacra trabajando, confiando en que las cosas se resolverán por sí solas. Eso fue un error”, añadió.