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Comunidades originarias llevan más de un mes durmiendo a la intemperie en avenida Santa Catalina

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Integrantes de distintas comunidades originarias de la provincia, entre ellas de Aristóbulo del Valle, denuncian la falta de recursos y condiciones básicas para vivir en sus aldeas. Desde hace más de un mes, se encuentran acampando en Posadas, donde aseguran que son rechazados y no se les permite vender sus productos ni acceder a trabajos dignos.

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Comunidades originarias llevan más de un mes durmiendo a la intemperie en avenida Santa Catalina

En la Avenida Santa Catalina de Posadas, un grupo de personas pertenecientes a diversas comunidades originarias, como la de Aristóbulo del Valle, llevan más de un mes viviendo a la intemperie. La situación, según cuentan, se volvió insostenible, ya que en sus aldeas no tienen acceso a lo más básico: trabajo, agua, techo y tierras para cultivar.

Patricio Ramos, uno de los integrantes de la comunidad guaraní de Aristóbulo del Valle, expresó con preocupación: “Estamos hace un mes en Posadas. La situación allá no se puede explicar. Falta trabajo, tierra, agua, techo y cosas para pescar”. Según Ramos, las restricciones impuestas por las autoridades a las prácticas tradicionales como la caza y la pesca agravan aún más su situación. “Nos prohibieron cazar, pescar y de todo un poco. Nos prohíben vender limones. Los asuntos guaraníes nos impiden comercializar nuestros productos”, aseguró.

El reclamo también se extiende al trato recibido por las autoridades locales, quienes, según los afectados, no desean que se acerquen a la ciudad. “No quieren que vengamos porque dicen que somos mal ejemplo. Hay personas de San Ignacio, Leoni, Cuña Pirú y otras partes. Dormimos en la vereda, en la calle”, contó otra integrante de la comunidad.

Los manifestantes pidieron que se les brinden condiciones dignas de vida, trabajo, acceso a agua potable y tierras para cultivar, ya que consideran que sus derechos como pueblos originarios están siendo vulnerados. La situación sigue sin solución, mientras los integrantes de las comunidades se mantienen firmes en su reclamo por un futuro más justo para ellos y sus familias.

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