Horacio Casco, secretario general de la seccional Misiones de la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP), expresó su sorpresa ante la situación y la falta de claridad sobre cuántos empleados de Misiones serán desafectados.

“Fue un bombazo”, afirmó, comparando la noticia con “detonar una bomba nuclear en todas las dependencias de la AFIP”. La semana pasada, las autoridades mantuvieron una reunión que había generado rumores sobre cambios inminentes, que posteriormente fueron desmentidos, catalogándolos como operaciones políticas.

Casco subrayó la importancia de la AFIP en el contexto gubernamental, afirmando que “cumple una función esencial”. En su discurso, hizo un llamado a desmitificar la imagen de la AFIP como un enemigo en la percepción pública. “La AFIP recauda los impuestos creados en el Congreso, que van a salud, educación, seguridad y vivienda, y mantienen el Estado”, enfatizó.

En un contraste marcante, el secretario general destacó la disparidad salarial entre los altos cargos de la AFIP y los empleados de base. “Hay 21 cargos nacionales de primera línea, cuyos salarios oscilan entre 17 y 32 millones de pesos”, informó. En cambio, aseguró que “el empleado está lejos de eso” y que su propio salario de 592 mil pesos de bolsillo representa menos del 10% de esos números exorbitantes.

“Mi salario anterior fue de 820 mil pesos y el anterior de 800 mil pesos”, añadió Casco, subrayando la creciente preocupación por la estabilidad laboral y las condiciones salariales de los empleados.