
El Miércoles de Ceniza marca el comienzo de la Cuaresma, un período de 40 días en el calendario cristiano dedicado a la reflexión, el arrepentimiento y la preparación espiritual previa a la Semana Santa. Esta jornada, cargada de significado, invita a los fieles a renovar su fe a través de prácticas de penitencia y transformación personal.
El nombre de este día proviene de la imposición de cenizas en la frente de los creyentes, un rito que simboliza la humildad y el arrepentimiento. Estas cenizas se obtienen de la quema de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior y recuerdan la fragilidad de la vida humana, así como la necesidad de purificación espiritual.
Durante la imposición, el sacerdote o ministro pronuncia frases tradicionales como “Recuerda que eres polvo y al polvo volverás” o “Conviértete y cree en el Evangelio”, subrayando la transitoriedad de la existencia y la llamada a la conversión.
De esta manera, el Miércoles de Ceniza se convierte en un punto de partida para el camino de preparación hacia la Pascua, un tiempo de introspección y renovación en la fe.