“Decidimos hacer una toma de la escuela sin dictado de clases ni ingreso a las aulas”, afirmó, explicando que la medida fue motivada por la falta de comunicación y acción por parte del Consejo General de Educación (CGE). “No tuvimos ninguna reunión, ni siquiera se comunicaron conmigo para abordar nuestras necesidades”, lamentó.

La directora describió las condiciones extremadamente precarias en las que deben enseñar y aprender: “Estamos en espacios chicos, sin mobiliario adecuado, sin pizarrón, sin elementos básicos de trabajo ni libros de temas específicos. Trabajamos con mucha necesidad y es un desafío constante”.

Los alumnos también compartieron sus experiencias. Priscila de Jesús, estudiante de cuarto año, señaló las condiciones deterioradas de las sillas y mesas, y expresó la falta de reconocimiento para su escuela. “Tenemos que explicar que estamos en la iglesia San Ramón con aulas prestadas y sin un edificio propio”, lamentó.

Marcos Cañete, también de cuarto año, destacó las dificultades adicionales durante las estaciones extremas: “Cuando hace calor no tenemos aire acondicionado ni ventiladores, y cuando hace frío las ventanas no cierran bien y hay espacios con huecos”.

Tiziano Pérez, alumno de primer año, describió la imposibilidad de dar clases en condiciones de frío extremo y la necesidad de recurrir a espacios alternativos como la plaza para educación física.

Ante esta situación, la comunidad educativa del CEP 26 demanda urgentemente la construcción de un nuevo edificio escolar que pueda ofrecer condiciones adecuadas para el aprendizaje y la enseñanza.