Matías Orrego, hermano de Joaquín Orrego, uno de los ocho policías detenidos en Misiones acusados de sedición, conspiración y coacción agravada, expresó su desesperación por los 94 días que su hermano lleva en prisión. En una entrevista con Misionescuatro, Matías relató el sufrimiento de la familia, especialmente en vísperas de las fiestas de fin de año.
“Hay otros con 97 días de detención”, comenzó diciendo Matías, quien destacó la “lucha incansable” que han mantenido desde el inicio de la detención de su hermano. A pesar de la situación, la familia mantiene la esperanza, aunque la incertidumbre sobre el futuro persiste. “Estamos desesperados y no sabemos qué va a pasar”, afirmó.
Una de las situaciones más dolorosas es la de sus sobrinos, hijos de Joaquín, quienes en sus tarjetas navideñas no piden juguetes ni regalos, sino “pasar Navidad con su papá”. “Es una de las peores fiestas que vamos a pasar”, aseguró Matías, visibilizando el impacto emocional que esta detención está generando en los pequeños.
La detención de Joaquín Orrego se produjo mientras él trabajaba en su puesto en la Inteligencia de la Policía de Misiones, en Jardín América. Según Matías, su hermano no estuvo involucrado en la sedición ni en un levantamiento armado. “Mi hermano estaba trabajando el día que lo detuvieron. No hubo sedición, no se levantó en armas”, explicó.
En cuanto a la acusación de sedición, Matías aclaró que Joaquín formaba parte de un grupo de negociadores dentro de la mesa de diálogo entre los representantes policiales y el gobierno. “No entendemos por qué lo detuvieron. Es una locura lo que hicieron con ellos”, dijo, al referirse a la situación de su hermano y los demás detenidos.
En las recientes visitas familiares, Matías relató el doloroso proceso de despedirse de su hermano en las vísperas de las fiestas. “Cada día de visita es un calvario y martirio porque no sabemos cuándo lo vamos a ver afuera”, señaló, mencionando que, a pesar de que han presentado un pedido para la domiciliaria, aún no han recibido respuesta.
La familia Orrego, como muchas otras afectadas por situaciones similares, continúa luchando por una respuesta judicial que permita liberar a Joaquín. “No hay base para sostener la detención”, concluyó Matías, con la esperanza de que su hermano y los demás detenidos puedan volver a sus hogares pronto.
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