“Los adultos tienen la responsabilidad crucial de mediar entre los dispositivos y los niños que aún no tienen el criterio formado sobre qué hacer y qué no hacer en internet”, advierte Barrios. Enfatiza que internet, aunque una fuente invaluable de información, también puede exponer a los menores a contenidos inapropiados y riesgos como la interacción con extraños.

Barrios subraya la necesidad de una supervisión constante: “Internet es vasto, sin límites claros, por lo que es responsabilidad de los adultos controlar lo que los niños consumen, los momentos y horarios en que acceden, y con quién interactúan en redes sociales”.

Entre los peligros que menciona la psicóloga se encuentran los contenidos violentos o sexuales diseñados para una audiencia adulta, así como la posibilidad de que los niños se expongan a redes sociales desconocidas sin la supervisión adecuada de los adultos.

“Es crucial establecer una comunicación abierta y de confianza”, destaca. “Los niños y adolescentes deben sentirse cómodos acercándose a los adultos para discutir cualquier inquietud o duda que tengan sobre su uso de dispositivos electrónicos”.

Además, advierte sobre el impacto de las decisiones de los adultos en la privacidad y seguridad de los menores. “Muchos adultos comparten fotos de sus hijos en redes sociales sin considerar los riesgos asociados, como cambios de identidad o el uso de inteligencia artificial para recortar fotos y rostros”, añade.

Finalmente, enfatiza que el enfoque debe ser educativo y de apoyo, no punitivo. “Es crucial generar un espacio de confianza y no de castigo”, concluye. “La comunicación abierta y la orientación activa son fundamentales para proteger a nuestros hijos en un mundo digital en constante evolución”.