El evento reunió a artistas, vecinos y autoridades locales en un homenaje cargado de reconocimiento y admiración. Se recorrió la vida y obra del icónico artista, destacando su legado musical y la creación del Gualambao como expresión autóctona de la región.
Como parte del tributo, se depositó una ofrenda floral al pie del monumento a El Mensú, en señal de respeto y gratitud hacia quien fuera una de las figuras más representativas de la música litoraleña. Además, se llevaron a cabo representaciones artísticas, donde resonaron las melodías inmortales de Ayala. El Ballet Folclórico Municipal también brindó una destacada performance, interpretando con danzas tradicionales la esencia de sus ritmos.
La jornada reafirmó la importancia de mantener viva la herencia cultural que Ramón Ayala dejó a Misiones y al mundo. Su música sigue siendo un símbolo de identidad, trascendiendo generaciones y manteniendo vigente el alma del litoral argentino.
El Gualambao, Patrimonio Cultural de Misiones
La Ley VI N° 237 declaró al gualambao como Patrimonio Cultural de la Provincia de Misiones, abarcando su música, letra, danza, artes plásticas y demás expresiones artísticas. Además, estableció el 10 de marzo como el Día Provincial del Gualambao.
Este ritmo nace de la fusión de influencias mbya guaraníes, paraguayas y brasileñas, junto con estilos europeos. Entre los géneros que conforman la identidad musical misionera se encuentran la galopa, el chotis y la polquita rural. Ramón Ayala creó el gualambao con la intención de sintetizar los ritmos regionales de frontera. Su esencia combina melodía guaraní y ritmo afro, con la misión de vestir la selva y el Iguazú con un traje excepcional.
El gualambao tiene una estructura rítmica única en compás de 12/8, combinando polca y galopa en una síncopa constante. Su danza representa la conquista del amor: los bailarines se balancean, simulan el beso, la propuesta, el rechazo y el encuentro, finalizando con un abrazo.
Un legado inmortal
Cantautor, compositor, instrumentista, escritor y pintor, Ramón Ayala fue autor de más de 300 canciones, muchas de ellas verdaderos himnos populares como “El cosechero”, “El mensú”, “Posadeña linda” y “Canto al río Uruguay”.
Su poética se distingue por impactantes metáforas, como “plata blanda mojada de luna y sudor” para el algodón, o “muerto el gigante del monte en su viaje final” para los árboles talados. Su obra y el gualambao siguen siendo símbolos vivos de la identidad misionera.
