Posadas

Vivir debajo del puente

Dos familias viven debajo del puente ubicado sobre la continuación de la Avenida Cabred desde hace varios meses. No han recibido asistencia de ninguna autoridad y apelan a la solidaridad de la comunidad pidiendo abrigos y colchones para pasar el frío.

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Dos familias viven debajo del puente ubicado sobre la continuación de la Avenida Cabred desde hace varios meses. No han recibido asistencia de ninguna autoridad y apelan a la solidaridad de la comunidad pidiendo abrigos y colchones para pasar el frío.[/vc_column_text][vc_single_image image=”108483″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]POSADAS. Dos familias se encuentran viviendo debajo del puente ubicado sobre la continuación de la Avenida Cabred desde hace varios meses, en la intemperie, prácticamente con lo puesto y sobreviviendo haciendo changas por la zona.

Por un lado, Luis Páez y Catalina Da Luz relataron las condiciones deplorables que atraviesan desde hace tres meses. Él perdió todo y ella huyó de un esposo violento. “Terminamos juntos debajo del puente”, expresó la mujer.

“Necesitamos una ayuda, si nos pueden conseguir abrigos o colchones”, solicitó Páez con la voz quebrada. “Terminamos bajo el puente por circunstancias de nuestras familias, es una vergüenza, prácticamente me echaron. Salimos con lo que teníamos y no tenemos otra opción que refugiarnos acá, al menos no nos mojamos”, agregó.

Páez, que tiene 53 años, reveló que hasta meses atrás tenía casa propia, auto y un negocio, “Nunca fue mi idea terminar así”, manifestó y agregó que logran sobrevivir cuidando autos en La Placita del Puente.[/vc_column_text][vc_single_image image=”108484″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Del otro lado del mismo puente, pasan sus días Miguel Cañete y Blanca Quintana junto a sus dos hijos y su yerno. Antes vivían en una casa en Garupá, pero un incendio intencional los dejó en la calle. “No nos quedó otra que venir acá. Fuimos a la Municipalidad, no tuvimos respuestas, tampoco en Desarrollo Social. Hay una familia que nos ayuda con mercadería y ropa. Lo que queríamos era un terrenito”, dijo Cañete.

Quintana afirmó que los vecinos les incendiaron la casa por ser creyentes y pidió ayuda, “No quiero que otros tengan que vivir en esta situación, como nosotros”, expresó.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]vm.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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