MELBOURNE. Rafael Nadal quedó eliminado este miércoles en segunda ronda del Abierto de Australia por el estadounidense Mackenzie McDonald, número 65 de la ATP, por un contundente 6-4, 6-4 y 7-5. Tras la derrota el máximo ganador de torneos de Grand Slam con 22 coronas, dijo que no podía negar que estaba “destruido mentalmente” por sufrir una nueva lesión, ahora en la cadera.
“No quería retirarme, siendo el campeón defensor, aunque llegué a considerarlo. Lo que intentaba era jugar sin agravar la lesión. No podía golpear el revés ni correr. Intenté acabar el partido por todos los medios”, explicó en conferencia de prensa, según publicó TyC Sports y Agencia EFE.
Con esta derrota, Nadal perderá los 2 mil puntos del ranking que había conseguido el año pasado y caerá, como mínimo, del puesto 2 al 6 de la clasificación. Si los jugadores que están detrás de él en el ranking, consiguen buenos resultados en este torneo, el manacorí podría salir del top-ten. “Es frustrante y difícil de aceptar”, señaló Nadal.
“A veces uno se cansa de tantas lesiones. Es un momento difícil y toca aceptarlo. Espero que no sea nada grave ni que me saque de las pistas mucho tiempo, porque sería complicado pasar otra vez por el trabajo y el tiempo necesarios para la recuperación. No puedo decir que no esté destruido mentalmente. Ya he pasado por eso muchas veces y no es fácil”, subrayó, el español que cumplirá 37 años en junio.
Tras el partido que duró unas dos horas y media, Nadal aludió “unos problemillas en la cadera” que padece “desde hace años”. En los últimos días había sentido molestias. “No es un problema por el que no haya podido jugar en el pasado. No sé si es articular o muscular. Toca hacerse una resonancia y ver qué ha pasado”, indicó.
Nadal comentó respecto a su estado físico que “el vaso se va llenando y llega un momento en el que el agua puede salirse”. Igualmente remarcó: “Me dolió más cuando me retiré en semifinales de Wimbledon, porque podía ganarlo. Aquí solo estaba en segunda ronda”, aañadió.
Además, dijo que insistió en que lo había “intentado hasta el final” porque no sabía si podría “ganar el partido y tener opciones”. Al final del primer set encontró “mejores sensaciones”, pero su rival jugó “de forma brillante”, aclaró.
Por último, Nadal recordó que en los tres últimos Grand Slams le sucedió alguna circunstancia adversa. “No podemos engañarnos con un discurso optimista. Yo quiero seguir jugando al tenis, pero mis sensaciones son malas. Es muy difícil coger la forma si se tienen continuamente parones. Necesito evitar que el tiempo fuera de la pista sea largo. He pasado siete meses casi sin jugar y no puedo estar otra vez mucho tiempo fuera. Sería difícil encontrar el ritmo y volver a ser competitivo”, reconoció el balear, poniendo un manto de duda sobre la continuidad de su carrera como profesional.
