on goles de Lautaro Martínez y Joaquín Correa, Inter empató 3-3 con el Benfica de Nicolás Otamendi en el Estadio Giuseppe Meazza y accedió a la semifinal de la Champions League 2022-23 ¡después de 13 años!, gracias al 2-0 de la ida. En la próxima instancia lo espera Milan, su clásico rival.

Una mala acción de Otamendi terminó en los pies de Nicolò Barella, quien hizo dos paredes con Lautaro, dejó en el suelo a Alejandro Grimaldo, y sacó un remate con su pierna inhábil al segundo palo, a los 14 minutos del primer tiempo. Había marcado en Lisboa y hoy repitió en Milán.

Pudo haber bajado la persiana la visita con el 2-0 de Lautaro de cabeza, pero el árbitro lo anuló por un claro empujón previo sobre Otamendi, a los 32. Fue una luz de esperanza para Benfica, que aprovechó su momento en una jugada que parecía aislada e igualó el partido.

Centro de Rafa Silva por el perfil diestro y remate desde el corazón del área de un Fredrik Aursnes que remató con cierta comodidad aprovechando la lenta basculación de Denzel Dumfries al cierre.

Si bien necesitaba de dos goles, los mismo que al inicio, Benfica pareció por un instante meterse de lleno en la eliminatoria. Y es que Inter dudó de sí mismo, se le vinieron a la cabeza los malos tiempos que vive en Serie A. Fueron unos minutos extraños para los nerazzurri en los que el local fue superior.

Pero el temblor para el equipo de Simone Inzaghi se terminó en el descanso. Volvió a ser efectivo, a sentirse más grande que el rival, a exhibir esa madurez que le había llevado hasta este momento. Recordó que estaba a 45 minutos de unas semifinales y que no podía fallar.

No tuvo vértigo Benfica y, basándose en la solidez defensiva, atacó los puntos débiles de su rival y minimizó sus peligros hasta que encontró recompensa. Siempre con un Federico Dimarco incisivo, dispuesto a lanzarse a la aventura por el carril zurdo. Y siempre con un Lautaro bien colocado. El argentino embocó el centro de su compañero en el minuto 65 y provocó el terremoto en Milán, con un San Siro que empezó a botar de alegría, celebrando que volvía a estar entre los cuatro mejores.

Se unió a la fiesta un Joaquín Correa que quiso reivindicarse con un golazo a falta de 12 minutos para el pitido final. Colocó el balón desde en la cepa del poste izquierdo de la meta defendida por Odisseas Vlachodimos, quien no llegó pese a su estirada. Le felicidad era ya incontenible en la grada, en el banquillo y en el césped. La semifinal ya era una realidad, algo que no impidió que Benfica siguiera peleando.

De hecho, David Neres se topó con el palo que hacía pocos minutos había sido aliado de Correa en el otro arco. Antonio Silva maquilló con un testarazo en el 86 y Petar Musa evitó la derrota en el descuento.

Pero nada pudo empañar la fiesta, nada pudo evitar que Inter alcanzara, merecidamente, las semifinales, dejando fuera a una de las revelaciones de la competición. Lautaro y Correa finalizaron el trabajo de la ida y devolvieron a su equipo entre los grandes. Todo un Derbi della Madonnina, el derbi más bonito de Italia, decidirá qué conjunto milanés viaja a Estambul, informó el portal TyC Sports.