La FIFA abrió un proceso disciplinario contra las federaciones brasileña (CBF) y argentina (AFA) luego de los enfrentamientos entre los hinchas, que hicieron que se retrase casi treinta minutos el inicio del partido, que se jugó el martes 21, en el Estadio Maracaná.
La albiceleste volvió una vez que la situación se calmó en las tribunas, y el silbido inicial sonó con media hora de retraso.
El organismo mundial reprocha a Brasil, anfitrión del partido, una “potencial violación del artículo 17” de su código disciplinario, que regula el orden y seguridad de los partidos.
Los argentinos responderán por su parte a posibles infracciones de los artículos 17.2 (comportamiento inapropiado de aficionados) y 14.5 (inicio de partido retrasado).
Además, las dos selecciones se arriesgan a multas y a partidos internacionales con cierre parcial o total de sus estadios, las dos sanciones más comunes.
