Desde sus primeros pasos en el deporte, reveló su pasión inherente por el boxeo. “Siempre me gustó, lo hacía de manera deportiva en un gimnasio”, confesó. Su incursión en el ámbito profesional llegó de la mano del profesor Rubén Andino, quien la alentó a obtener su licencia y debutar en el 2021. “Fue el boom y me voló la cabeza”, expresó, destacando el impacto positivo que tuvo en su vida esta nueva etapa.

Con un récord invicto en sus peleas hasta la fecha, reconoce los desafíos de encontrar rivales en la provincia. “Es complicado no tener rival. Es costoso salir de la provincia y buscar rivales, es complicado”, admitió.

Pero Pereyra no se limita a los desafíos deportivos; también desafía estereotipos de género. “Rompí paradigmas desde mi familia, de mis padres”, afirmó con determinación. A pesar de las expectativas tradicionales, tanto familiares como sociales, la boxeadora encontró su voz en el ring y sigue adelante con valentía.

“Es difícil estar en el mundo masculino”, admitió sobre su experiencia en un deporte predominantemente masculino. Sin embargo, destacó la importancia de plantarse y demostrar su valía.

Además de su compromiso con el boxeo, Pereyra equilibra una vida laboral y familiar exigente. “Trabajo ocho horas como todo trabajador. De lunes a sábados. Tengo dos hijos y estoy casada, y también estudio”, reveló, subrayando la intensidad de su rutina diaria. A pesar de estos desafíos, encuentra en el boxeo un espacio de liberación y dedicación. “Son dos horas donde te liberas”, compartió.

Con una mentalidad centrada en el crecimiento y la superación personal, Pereyra mira hacia el futuro con determinación. “Hay que seguir trabajando duro para dar lo mejor arriba del ring”, afirmó.