Una familia misionera encontró en el Jiu Jitsu una pasión compartida
María Fernanda Butiuk, una destacada competidora en este arte marcial, compartió su experiencia tras ganar el oro en un torneo en Brasil. “Competí en Brasil con orgullo y felicidad. Traje el oro a la provincia y lo quiero compartir con toda mi academia. Es emocionante poder representar a Misiones en otro país”, expresó.
Por su parte, el profesor Pablo Zylberman, con nueve años de experiencia en Jiu Jitsu, describió la fascinación que este arte marcial ejerce en él y en sus alumnos. “Empiezo hace unos nueve años, venía de otras artes marciales y es adictivo. Cuando uno empieza el Jiu Jitsu es algo increíble y que no se puede dejar”, afirmó.
Además, Zylberman explicó las características únicas del Jiu Jitsu, destacando su enfoque en la lucha cuerpo a cuerpo, la ausencia de golpes y su naturaleza técnica y estratégica. “Se centra en la lucha cuerpo a cuerpo, sin golpes, es un arte suave y es difícil lastimarse con esta actividad. Es algo que te hace pensar y con infinitas técnicas. El arte de Jiu Jitsu nunca termina”, explicó.
El profesor también contextualizó la historia y el origen de este arte marcial, destacando su evolución desde la India hasta Brasil, donde se consolidó como una disciplina fundamental en las Artes Marciales Mixtas (MMA).
Asimismo, Zylberman resaltó la popularidad del Jiu Jitsu entre los niños y la conexión que se genera en el grupo. “A los niños les encanta. Se generó una sinergia y conexión con el grupo. Se utilizan derribos y lances del judo. Requiere habilidad técnica”, comentó.
La historia de la familia Butiuk-Zylberman demuestra cómo el Jiu Jitsu no solo es un deporte, sino una forma de vida que une a personas de todas las edades y trasfondos, impulsándolas a superarse a sí mismas y a participar con orgullo en competencias deportivas de alto nivel.
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