Este miércoles, el chamamé fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y este jueves, fue el turno del tereré, la bebida fría de agua o jugo a base de yerba mate, que los paraguayos reivindican como un símbolo de su identidad.
En el país vecino, el tereré está reconocido por ley como Patrimonio Cultural y Bebida Nacional y el Día Nacional del Tereré, que se celebra el último sábado de febrero.
A esto se suma este reconocimiento que aprobó este jueves la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que ubica al tereré como un patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Desde hace unos años, Paraguay buscaba que esta bebida sea reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Por tal motivo, presentó su candidatura bajo la identificación de “Prácticas y saberes tradicionales del tereré en la cultura del pohã ñana, bebida ancestral guaraní en Paraguay”.
El origen del tereré
Las historias cuentan que, durante la Guerra del Chaco (entre Paraguay y Bolivia, 1932-1935), las tropas paraguayas comenzaron a beber el mate frío para no encender fuegos que delataran su posición.
La bebida se hizo conocida en Paraguay cuando los soldados veteranos del Chaco lo incorporaron en su vida cotidiana.
El nombre “te-re-re” es una onomatopeya que imita el sonido del agua al ser tomada. El nombre remite al ruido de los tres últimos sorbos finales de cada mate.
También se dice que el nombre es una deformación de la frase “té jere” (ronda de té) y rememora el momento en que los guaraníes compartían esta bebida en las reducciones jesuíticas.
El tereré puede prepararse con agua acompañada de hierbas medicinales, también con jugo de frutas. Además de Paraguay, esta bebida también se toma en las provincias de Misiones, Corrientes, Chaco, Santa Fe, entre otras.
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