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Desde “Aguerrida”, Mel Muñiz mezcla estilos de manera “desgenerada”

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La integrante de La Familia de Ukeleles y Bourbon Sweethearts, entre otros proyectos, consideró que ese crisol de estilos latentes en su reciente primera placa solista obedecen a que “hago música pop, pero lo que era la música popular hace 80 o 100 años”.

Desde “Aguerrida”, Mel Muñiz mezcla estilos de manera “desgenerada”

Mel Muñiz, que fue parte de Las Taradas e integra La Familia de Ukeleles y Bourbon Sweethearts, entre otros proyectos, debutó en solitario con el atractivo álbum “Aguerrida” que presentó la noche del viernes en vivo en el Recoleta y donde sintetiza en clave personal un repertorio que incluye géneros como bolero, ranchera, vals, son, jazz, swing y guaracha.

Durante una entrevista con Télam, Muñiz consideró que ese crisol de estilos latentes en su reciente primera placa solista obedecen a que “hago música pop, pero lo que era la música popular hace 80 o 100 años”.

Puesta a precisar esa singular y diversa experiencia sonora sobre la que canta en español, la artista alertó con ironía que “a los géneros soy de desgenerarlos. Así fue grabado y se escucha, así que me anoto en la casilla de desgenerada”.

En “Aguerrida”, producido por un especialista en lo latino como Juan Pablo de Mendonca, integrante de Orquesta Sonora Marta La Reina y Alegrías de a Peso, ambos experimentaron en torno a las músicas populares.

Muñiz que también integra la Orquesta de Ukuleles, el trío femenino Bourbon Sweethearts y el Dúo/Quinteto junto al pianista Rodrigo Núñez, mezcló a su manera a La Lupe, Chavela Vargas, Chabuca Granda, Patsy Cline, Omara Portuondo, Héctor Lavoe, Anita O’Day, Billie Holiday, las Boswell Sisters y Ella Fiztgerald, por citar algunas influencias notorias.

La placa reúne “Aguerrida”, “En tus manos”, “Si no estás para mí”, “Harta”, “Amanece”, “Ni una gota de amor”, “No te hagas”, “Apasionadamente”, “Al suspirar” y “Somos hermanas”.

“Son canciones mías que me gusta ubicarlas dentro de lo que me gusta y a partir de ahí soy una artista queriendo abrir mi corazón a la gente y mostrarle lo que yo siento, ¿A quién le importa si la orquestación es tal cual o si yo estoy respetando tal cosa?”, comentó Mel.

Y haciendo gala de esa mistura que navegó consciente y gozosamente alertó que “todos los temas tienen algo. Parten de un ritmo pero tienen una clave que en realidad no es de ese género, que quizás uno lo escucha y no se da cuenta porque es muy puntual”.

¿Cómo nace “Aguerrida”?
– Elegí como productor a Juan Pablo de Mendonca porque es una persona que vivió en Cuba y en México, tiene mucha data de folclore latino por haberlo curtido, por haber estado ahí y es un músico muy versátil y muy querido así que me parecía que era la persona indicada. Me aboqué mucho a componer y escuchar las influencias que se escuchan en el disco, desde son a boleros y valses de distintos lugares a pesar de que nada es folclórico al 100%. Los boleros tienen aire de otras cosas, el vals parece que tira como para el lado medio peruano pero la melodía nada que ver y la letra tampoco, todos los temas tienen dentro de los géneros sus propias licencias musicales. Nada es totalmente puro, todo es una mezcla de cosas.

¿Planificaste mucho que las canciones puedan tener orquestaciones como en el disco pero a la vez puedan tocarse en otros formatos?
– Para grabarlo fuimos pensando cada cosa y qué pedía cada tema y después en vivo lo adaptamos. Son canciones adaptables a otras orquestaciones y no necesita esta estructura siempre. Sería hermoso, pero no puedo ir con 25 músicos en cada escenario.

¿Cómo llegaste a este nivel de conocimiento de ritmos y estilos tan diferentes?
– La verdad no sé por dónde empezar porque yo tengo 35 años y me dedico a la música desde siempre. A los 22 años, ya estaba dando clases en la escuela de música donde tenía mis alumnos particulares y tocaba en vivo. No sé dónde empezó puntualmente el hilo conductor de esta música, porque por supuesto tuve bandas de rock y de los géneros que se te puedan ocurrir. Hay algo que siento que comparto con los músicos de oficio y es que es que nos gusta todo. Después uno puede ahondar más en un género o en otro. Pero si tengo que ir a un lugar, podría decir que hice la carrera en la Escuela de Música de Buenos Aires aprendí bastante de jazz donde la parte de la armonía está muy aplicada. Me gustaba mucho, es un género muy rico para aprender a desmenuzar melodías y armonía. Ahí me crucé con el swing, con lo anterior que había en el jazz y me enamoré. Me parecía algo con mucho lenguaje y que era más cercano a las canciones, mientras que el jazz cuanto más moderno se aleja más de la estructura canción tradicional. Y hay géneros que siempre van de la mano y la gente que toca swing toca boleros y los músicos hace 100 años tocaban todos los géneros latinoamericanos, entonces este trabajo es fruto de que empecé a coquetear con todo eso.

¿En las letras de qué querías hablar?
– Cada tema es una película que tiene que ver conmigo. Yo hago el chiste de que hago canciones futuras, porque tal vez hay ciertos temas de amor o desamor que capaz los compuse un año antes de separarme. Creo que el inconsciente trabaja mucho en la composición, sobre todo si uno se deja llevar. Si vos querés componer para la gente estás equivocado como artista, yo siento eso. Siento que se compone para uno, para sublimar cosas, sentimientos y emociones. Después a la gente le llega de una manera o de otra, pasan un montón de cosas. Le tenés que llegar de tu manera, las canciones tienen vida propia y me parece que está bueno ser fiel a eso y no querer que una canción suene así porque a la gente le va a encantar.

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