En una conversación con la Dra. Magui Bennesch, Consteladora Familiar, Misionescuatro se adentró en cómo este enfoque puede transformar la dinámica familiar y los pactos implícitos que se establecen dentro del hogar.

“Hablamos de crianza sistémica cuando nos referimos a la perspectiva de las constelaciones familiares sobre los vínculos entre padres e hijos. La idea es proporcionar aportes y herramientas para fortalecer a nuestros hijos”, explicó Bennesch.

Esta práctica se fundamenta en los roles que cada miembro de la familia ocupa en el sistema, estableciendo una jerarquía y límites claros. “Los adultos ocupan ciertos lugares que los niños no deben ocupar, con decisiones que les corresponden y otras que no”, aclaró la experta.

Las constelaciones familiares, más que una técnica terapéutica, representan un espacio filosófico que busca la reconciliación con el sistema familiar. “Exploramos los lugares, jerarquías y órdenes necesarios para fortalecer y desarrollar los vínculos, permitiendo que los hijos crezcan y se conviertan en individuos autónomos”, añadió.

En este proceso, los niños juegan un papel crucial. “Experimentan situaciones constantemente, y como padres, estamos ahí para ellos, trabajando en su beneficio”, afirmó la Dra. Bennesch. Las dinámicas familiares emergen como reflejo de estas situaciones, ofreciendo pistas para que los padres resuelvan conflictos y fortalezcan la unidad familiar.

“Las constelaciones familiares son una herramienta efectiva que requiere un compromiso continuo. Siempre implica un trabajo conjunto, donde los padres asumen un rol activo, ya que nos insta a ser adultos responsables y a trabajar en pro de nuestros hijos”, concluyó.