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Bloquear o borrar personas: la fría estrategia para terminar relaciones

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Todos, de algún modo, hemos hecho uso del botón “bloquear o borrar amigos” en nuestras redes sociales. A veces es higiénico y hasta necesario. Sin embargo ya no lo es tanto cuando se convierte en la fría estrategia para terminar una relación afectiva o una amistad. Basta un solo click para desaparecer, para establecer distancia y silencio sin tener que dar explicación alguna.

Bloquear o borrar personas: la fría estrategia para terminar relaciones

Las redes sociales, lo queramos o no, son a menudo un reflejo de nuestra vida real. Más aún, en cada like, en cada palabra escrita o foto publicada queda impresa una pincelada de nuestra personalidad. Esos algoritmos virtuales son reflejos de nuestra esencia y comportamiento. Lo saben los desarrolladores y lo sabemos nosotros. Por tanto, nada de lo que sucede en estos escenarios es casual.

Eliminar personas en redes sociales es una tendencia en aumento, pero con esta estrategia virtual muchos buscan también dar fin a relaciones significativas y cercanas.

Así, el fenómeno del “unfriend”, no amigo o persona que elegimos borrar o bloquear de nuestra red social, es algo cada vez más estudiado por los psicólogos y creadores de estos mundos informáticos. ¿La razón? Desde que en el 2009 se creara el botón “unfollow” en facebook su uso no ha hecho más que crecer. En estas plataformas no solo se mimetiza los mismos fenómenos sociales que nos rodean. Además, están cambiando el modo en que nos relacionamos.

Es un comportamiento social útil en algunos casos

En los últimos años, el comportamiento de los usuarios de Facebook o Twitter está cambiando. Podríamos decir que, de algún modo, estamos madurando. En la actualidad ya no se valora tanto el tener muchos amigos. Esa línea tan común de hace un tiempo donde acumulábamos centenares de amigos en las redes sociales se está terminando. Esto se ve sobre todo en personas mayores de 30 años, quienes quieren dar ya a sus redes sociales un uso más serio y profesional.

Por tanto, la estrategia de bloquear o borrar personas no es solo adecuada, sino necesaria en muchos casos. Con esta acción se evitan a los clásicos spammers, es decir, usuarios molestos o poco afines a cada uno que incomodan o simplemente, no gustan. Intentamos con ello separar el grano de la paja. Aún más, con esta acción venimos a su vez a reafirmar lo que se conoce como la teoría del número Dunbar.

Esta propuesta fue definida por el antropólogo Robin Dunbar en los años 90. Según él, las personas podemos llegar a tener relaciones más o menos significativas con no más de 150 personas. En ellas podemos incluir también a esos usuarios con los que interaccionamos de forma habitual (y enriquecedora) en redes sociales, aún sin conocerlos en persona.

Por tanto, en la actualidad somos cada vez más dados a utilizar filtros en estos mundos virtuales para armonizar nuestra vida. Hemos dado un paso adelante, y la mayoría busca ya el mismo equilibrio en la vida real que en las redes sociales.

Bloquear y borrar amigos: terminar relaciones significativas con un solo click

Sabemos ya que, por término medio, buscamos la reducción de contactos en esos barrios cibernéticos para tener el mismo equilibrio que en la vida real. Algo que en un primer momento nos puede parecer positivo, en realidad no lo es tanto. La razón de ello está en lo siguiente: a menudo, integramos mismas acciones que se llevan a cabo en ese mundo virtual en la vida real.

Así, no falta quien tras una desavenencia con un compañero de trabajo, elige bloquear o borrar a esas personas de sus redes sociales. Otros, hacen lo mismo con sus amigos. Aún más, esta dinámica se está sucediendo cada vez más a nivel afectivo. Forma parte de ese otro fenómeno conocido como ghosting. Recordemos, se trata de una práctica donde alguien deja a su pareja sin mediar palabra o dar explicación alguna. Así, además del silencio, la otra persona lo que percibirá casi al momento es que ya no aparece en las redes sociales o en los contactos de su (ex) pareja.

Hay quien da por sentado que al eliminar a alguien de esos mundos virtuales, desaparecerá también por arte de magia en la vida cotidiana. Piensan quizá, que la otra parte se dará rápidamente por eludida y comprenderá esa acción. Sin embargo, lo que suscitan estas prácticas, como el ghosting, es sufrimiento. Las víctimas quedan suspendidas en un limbo emocional donde resulta muy difícil dar forma a un duelo y a la asunción de ese final.

Ahora bien, por desesperantes e inmaduras que nos parezcan estas conductas hay algo importante en lo que reflexionar. No debemos echarle la culpa a la tecnología. Tampoco a los creadores y desarrolladores de esas redes sociales que usamos a diario. Estos escenarios virtuales lo que hacen es reflejar una vez más la dificultad de comunicación tan inherente en el ser humano.

Bloquear o borrar personas en un click nos hace la vida más fácil. Es rápido, es inocuo para quien lo ejecuta y lo mejor de todo, evita ver cara a cara a la otra persona para decirle “ya no te quiero”, “no me interesas” o “no te quiero en mi vida por estas razones”. El ser humano y su capacidad para comunicar con efectividad siempre ha tenido grietas. Ahora, con la tecnología estamos creando brechas aún más grandes.

Aprendamos a lidiar en persona con nuestros problemas. Porque el botón de borrado de nuestros dispositivos móviles, al fin y al cabo, no soluciona la mayoría de los conflictos de la vida.

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