Los hallazgos, publicados en la revista Nature Communications, revelan que nuestro satélite en realidad tiene mucha más trayectoria de la que pensábamos. Más de 109,000 cráteres decoran la latitud baja y media de su superficie, y cada uno alberga una pequeña porción de su historia.
Los cráteres de la Luna son “fósiles” que registran su historia
Nuestra luna ha sido objeto de inspiración entre los humanos durante mucho tiempo, y muchas veces se ha usado como metáfora para ilustrar la belleza más experimentada. Los cráteres de impacto son cicatrices que han dejado los impactos de meteoritos, tal y como las experiencias de nuestra vida dejan una huella prácticamente permanente.
Sin embargo, Chen Yang, profesor asociado de ciencias de la Tierra en la Universidad de Jilin en China, prefiere catalogarlos como “fósiles” que “”registran la historia del sistema solar”.
Y aunque, cubren la mayor parte de la superficie de la Luna, varían drásticamente tanto en tamaño como en forma. Incluso pueden superponerse y erosionarse con el paso del tiempo, lo que dificulta su identificación y registro desde la Tierra.
Una red neuronal profunda entrenada para identificar cráteres lunares
Interesados por contabilizarlos e identificarlos, los investigadores usaron la inteligencia artificial para acelerar el trabajo y garantizar una mayor precisión. Primero introdujeron datos de miles de cráteres identificados en el pasado en una red neuronal profunda, y luego le enseñaron a encontrar nuevos cráteres en el satélite.
Luego, introdujeron los datos recopilados previamente por los orbitadores lunares Chang’e-1 y Chang’e-2, cuyo procesamiento dio lugar a un gran descubrimiento. La Luna tiene mucho más cráteres de los que pensábamos: solo en este estudio se descubrieron 109,956 adicionales sobre su superficie.
“Es la base de datos de cráteres lunares más grande con extracción automática para las regiones de latitudes medias y bajas de la luna”, dijo Yang a WordsSideKick.com en un correo electrónico.
Relativamente grandes (para los terrícolas)
Los investigadores dicen que una buena parte de los cráteres identificados con la inteligencia artificial son “pequeños” y “medianos”; quizás por ello es que no fueron identificados en estudios previos.
Su tamaño iba desde 0,6 millas a 60 millas (1 a 100 kilómetros) en diámetro. A pesar de ello, estos siguen siendo desproporcionadamente grandes en comparación con lo que los terrícolas estamos acostumbrados a ver. En cambio, los grandes llegaban a medir 341 millas (550 km) de diámetro; muchos de ellos habían erosionado y presentaban una forma irregular.
Y ya que los autores los consideran fósiles, conviene hablar sobre su historia. El algoritmo estimó que los cráteres abarcaron cinco períodos geológicos lunares de la luna; algunos de ellos se remontan aproximadamente a 4 mil millones de años atrás.
De modo que ahora el número de cráteres lunares es más de una docena de veces mayor que antes. Y ahora con el regreso de Chang’e 5 puede que podamos conocer mucho más sobre estos.