
Cuando tomamos un mate, el tiempo de estacionamiento y las proporciones de hoja, palo y polvo (el blend); van a influir en el sabor, intensidad y duración del mate.
Cada marca de Yerba Mate, determina el tiempo de estacionamiento para su producto y elabora su propio blend; es decir que el tiempo y las proporciones de hoja, palo y polvo van a variar.
Si queremos disfrutar de un mate suave, la Yerba Mate tradicional es una buena opción. Posee un promedio de 70% hojas secas y trituradas y un 30% de palo.
Es importante recordar, que según el Código Alimentario Argentino, tiene que tener al menos un 65% de hojas desecadas, rotas o pulverizadas y no más de un 35% de palo.

- Estar atento a la temperatura del agua: Empezar a cebar con agua tibia y después ir aumentando gradualmente al temperatura, hasta llegar a unos 75 Cº. Si el agua está muy caliente o hervida, los mates van a ser muy amargos y sin sabor, la yerba se “quema”. Cuanto más blanda es el agua soporta más temperatura, y si es dura tiene que usarse más tibia.
- Evitar mojar toda la yerba: cebar siempre cerca del a bombilla y con poca agua. La “montañita” de yerba seca que dejamos al mezclar la yerba, es la que vá a alimentar los mates y hacer que el sabor se mantenga.
- Nunca dejar de cebar: Si dejamos de cebar, la yerba se enfría y pierde más rápido el sabor. La ronda debe fluir y el mate circular.
- No mover la bombilla: Se recomienda mover lo menos posible la bombilla una vez que se inicie el mate. ¿Las razones? Porque se puede tapar y también, al mover la bombilla la yerba seca que alimenta los mates, se moja mas rápido y el mate “rendirá” menos.
- Usar un mate con boca ancha: para que la superficie que ocupa la yerba seca sea mayor, y poco a poco y con cada cebada, ir mojando esa yerba. El objetivo es lograr que del primero al último.. tus mates tengan más sabor y sean inolvidables.