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Cómo limpiar la rejilla de las hornallas sin esfuerzo

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Es normal que la rejilla de las hornallas se ensucie por completo después de preparar platos como milanesas, papas fritas o croquetas. Mirá cómo limpiarlo de forma sencilla.

Cómo limpiar la rejilla de las hornallas sin esfuerzo

La cocina es uno de los lugares de la casa que se ensucia con mayor facilidad, sobre todo cuando se tiene la costumbre de hacer frituras. Es normal que las hornallas se ensucien por completo después de preparar platos como milanesas, papas fritas o croquetas. Pero te compartimos algunos consejos para ayudarte a limpiar la rejilla de las hornallas sin esfuerzo.

Limpieza ligera

La limpieza constante reduce tiempo y esfuerzo. Así que cuanto menos tiempo dejes entre la limpieza, mejor. Lo ideal es limpiar una vez a la semana o siempre que hagas algún tipo de fritura. De esta forma, estarás libre de costras de grasa más complicadas que saldrán en una limpieza ligera. Mantené la calma y usa solo un poco de desengrasante o detergente cuando limpies.

Los desengrasantes son fáciles de encontrar en los supermercados, simplemente fíjese en el envase y compre el tipo ideal para sus hornallas. O podés usar solo detergente, una esponja y agua caliente (podés mezclar un poco de bicarbonato de sodio y vinagre al limpiar).

Hacer movimientos fuertes para quitar la suciedad, pero tener cuidado de no dañar la superficie. Retirar todas las manchas de grasa y, si es necesario, sumergir las rejillas en agua caliente con jabón. Lavar normalmente después, dejar secar naturalmente y volver a ponerlas en el fuego.

Limpieza profunda

Si sos de los que lo dejan todo para el momento de la limpieza más profunda, este tip es para vos. Este truco es perfecto para aquellas rejillas que se dejaron más de una semana sin limpiar o que están muy grasosas. La costra de tierra puede parecer complicada de quitar, pero siguiendo este paso a paso lo conseguirás.

Primero, debés retirar con cuidado todas las rejillas del horno. Colocar en una bolsa de plástico gruesa y firme que pueda resistir la limpieza (también podés usar más de una bolsa o bolsas individuales con cierre hermético).

Verter un poco de amoníaco en las bolsas. Podés encontrar fácilmente botellas de 100 ml en la mayoría de las farmacias. Lo ideal es utilizar unas 4 cucharadas por cada grande. O colocar el contenido en botellas con atomizador para esparcir mejor el amoníaco (no mezclarlo con nada, es solo amoníaco).

No te olvides de buscar un lugar aireado, usar guantes de goma y una máscara durante el proceso, ya que el amoníaco huele muy fuerte. Posteriormente, cerrar muy bien la bolsa, mezclar ligeramente el contenido con las cajas y dejar en remojo hasta por 24 horas. Pasado ese tiempo, abrir las bolsas y observar la facilidad con la que sale la grasa. Lavar con detergente y una esponja y dejar secar.

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