En esta época, las plantas consumen menor cantidad de agua, pero de todas formas no hay que descuidar el riego, si queremos obtener una buena cantidad y calidad de verduras.
Por eso, es necesario tener en cuenta las necesidades de cada planta. Pero, la época del otoño – invierno con regar una vez al día en principio debería sobrar. En este caso, será más beneficioso realizar el riego al amanecer, debido a que de este modo evitaremos las posibles heladas, que puedan perjudicar el cultivo.
Lo que se puede sembrar en invierno
Entre las variedades que son aptas para cultivar en esta época del año se encuentran las verduras de hoja, como espinaca, acelga, distintas variedades de lechugas. También rúcula, las zanahorias, las chauchas y arvejas.
En el caso de la arveja, es un cultivo que se siembra hacia fines de esta estación y es clave tener en cuenta algunos consejos para para poder aprovecharlas al máximo a la hora de su cosecha.
Este cultivo se debe plantar en surcos distanciados entre 15 y 30 centímetros y se recomienda no menos de 90 semillas por metro. A diferencia de los cereales de invierno, para germinar, la arveja requiere más humedad y un leve contacto con el suelo húmedo.
Para sembrar zanahorias en un huerto urbano, es fundamental prestar especial atención a una serie de medidas fundamentales, como el tipo de suelo y la profundidad de la maceta.
La profundidad de siembra se calcula a partir de las dimensiones de la semilla y es de dos a tres veces su tamaño. Y la densidad de siembra apunta a la cantidad de semillas que se ubican en una superficie productiva según su extensión. Esto significa, que, si se colocan muchas semillas en un espacio reducido, las plantas no podrán desarrollarse.