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Los beneficios terapéuticos de la horticultura en adultos mayores

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La horticultura es la ciencia y el arte de cultivar frutas, vegetales y flores. En las últimas décadas, se ha utilizado como tratamiento para promover el bienestar físico, psíquico y emocional de las personas.

Los beneficios terapéuticos de la horticultura en adultos mayores

En el caso de los adultos mayores, los beneficios terapéuticos de la horticultura son cada vez más evidentes. Por ello, algunos especialistas recomiendan su implementación. Los objetivos principales son: extender la autonomía e independencia de los adultos mayores, promover su participación e interacción social, también desarrollar y mantener el sentimiento de bienestar general.

A continuación, algunos beneficios terapéuticos de la horticultura que han sido evidenciados en los adultos mayores que la practican

1. Desarrollo y mantenimiento de las funciones cognitivas

Algunas de las funciones cognitivas son: la orientación, la atención y la memoria. Estas tienden a verse afectadas con el envejecimiento. Es por ello, que se considera importante estimularlas durante esta etapa de la vida.

La horticultura es ideal para la preservación de las mismas, porque integra actividades de estimulación cognitiva. Además, trabaja la reminiscencia de los propios recuerdos en torno a la infancia, debido a que es probable que muchos adultos mayores hayan tenido un contacto directo con la naturaleza.

Además, ayuda a las personas mayores a no perder la orientación temporal, al experimentar las estaciones del año de una forma más inmediata.

2. Promueve la salud física y la sensación de bienestar

La horticultura propicia el contacto con la naturaleza, lo que ha sido considerado como un remedio fundamental para aliviar malestares físicos y psíquicos. Asimismo, al ser una actividad que se realiza al aire libre, permite la exposición a la luz solar, que ayuda a controlar los ciclos de sueño y vigilia, suministra vitamina D al cuerpo y mejora el estado de ánimo.

Además, esta actividad reduce la presión de la sangre, fortalece el sistema inmune, reduce el ritmo cardíaco y promueve la producción de endorfinas, lo que otorga sensación de bienestar general. Asimismo, el paseo por los jardines y huertos fomenta la actividad física.

3. Favorece la socialización

La realización y el disfrute de esta actividad incita los mayores a compartir conocimientos y experiencias con los demás. No solo con personas de su misma generación, sino también con jóvenes y niños.

4. Fomenta el bienestar emocional

Aminora los sentimientos depresivos y reduce los niveles de estrés y ansiedad. Además, proporciona un mejor manejo de la frustración y la ira.

5. Mejora la capacidad perceptiva

El contacto con la naturaleza y con la vegetación en sí es una excelente fuente de estimulación sensorial. Por lo tanto, la horticultura resulta ideal para activar y desarrollar los sentidos (vista, oído, tacto, olfato y gusto). Los mismos tienden a deteriorarse a medida que llegamos a la vejez.

6. Incita el establecimiento de hábitos saludables

Cultivar la propia comida fomenta hábitos alimenticios saludables. Además, el contacto con la naturaleza sensibiliza a las personas y despierta en ellas comportamientos ecológicos. De esta manera, los únicos beneficiados no son las personas que practican la horticultura, sino también el medio ambiente.

Consejos útiles

-Los jardines deben ser simples, de fácil acceso para personas con bastones o sillas de ruedas y estar en un lugar protegido (que tenga vallas o barreras de seguridad, por ejemplo).

-Es preferible que las plantas sean fáciles de cultivar y resistentes a diferentes condiciones climáticas.

-Tener asientos o lugares de descanso alrededor del huerto o del jardín.

-Adquirir herramientas que faciliten el cultivo y pintarlas con color blanco para que sean fáciles de localizar.

-Elegir plantas que sean agradables al tacto y al olfato.

-El adulto mayor debe llevar a su actividad un silbato o un teléfono celular para notificar cualquier emergencia.

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