El 2020 fue un año atravesado por la pandemia de coronavirus, cuarentenas y cambios de hábitos. Con pocos viajes, las personas se quedaron en sus casas transitando el momento. Desde hace algunas semanas, se habilitó el turismo en gran parte de la Argentina. Pero muchas personas comenzaron a experimentar la “Ociofobia”.
Esto es el miedo a los contagios que genera una gran incertidumbre entre quienes estaban acostumbrados a viajar en vacaciones. Provoca que la angustia junto el miedo y las ganas de salir de viaje generen confusión. Es el miedo a experimentar las vacaciones en plena pandemia con todo lo que eso implica.
Las principales dudas surgen a partir de contagiarse estando en viaje, en el caso de no pasarla bien hay que volverse antes de las vacaciones o no ir pero no tomarse vacaciones. Es principalmente, el miedo a poder divertirse debido a todas estas situaciones externas que hacen que la situación de diversión pueda ser amenazante para la propia salud.
Por eso, es importante adaptarse a las normas de prevención. Hay que encontrar la forma de poder estar en cualquier lugar que aunque no es igual que antes, es importante que lo hagamos si lo deseamos.
El no irse de vacaciones puede significar un pérdida de relajación y distracción. Por eso, encontrar la manera de disfrutar de la forma que el mundo lo permite es uno de los desafíos de este año.