
Se trata de la fiscal penal
de Violencia de Género y Delitos contra la Integridad Sexual de Orán, María
Soledad Filtrín, quien este miércoles solicitó la captura internacional del ex
obispo.
Entre sus fundamentos, Filtrín sostuvo que la medida fue
dispuesta luego de que el imputado no respondiera a reiterados llamados
telefónicos ni correos electrónicos, al número telefónico y dirección
electrónica aportados voluntariamente en agosto pasado, para ser notificado de
cualquier acto procesal y luego de haber constituido domicilio en el estado
Vaticano.
Los voceros detallaron que, oportunamente, la fiscal se opuso
y apeló el levantamiento de las medidas restrictivas que permitieron a
Zanchetta salir del país, por “prognosis” (conocimiento anticipado)
de los sucesos actuales y su evidente falta de voluntad de someterse a los
llamados de la justicia.
En el pedido, Filtrín también repasó las oportunidades en las
que debieron realizarse trámites ante la Nunciatura, la misión diplomática de
máximo rango de la Santa Sede ante el Estado argentino, para que Zanchetta
compareciera.
Por otro lado, las fuentes precisaron que el pasado 12 de
noviembre, la fiscal fue notificada de la conformación del tribunal colegiado
que llevará adelante el juicio contra el ex obispo, imputado por abuso sexual
simple continuado, agravado por ser cometido por un ministro de culto
reconocido, en perjuicio de dos víctimas.
El tribunal estará integrado por los jueces de la Sala II del
Tribunal de Juicio de Orán, María Laura Toledo Zamora, como presidenta; y los
vocales Raúl Fernando López y Héctor Fabián Fayos.
Filtrín requirió el juicio contra el religioso en julio
pasado, y en su pedido de elevación incluyó los elementos probatorios
colectados durante la investigación y los resultados de las pericias
psiquiátricas y psicológicas realizadas por profesionales del Cuerpo de
Investigaciones Fiscales.
Entre otros aspectos, el informe psiquiátrico indica que el
acusado “presenta personalidad con rasgos psicopáticos, con indicadores de
manipulación, emociones superficiales y escasa capacidad empática; y no
presenta psicosis ni otro trastorno mental que altere la relación con la
realidad”.
Asimismo, precisa que el acusado se vincula a través de
interrelaciones dispares, ejerciendo poder sobre el otro.
Zanchetta fue denunciado el 6 de febrero pasado por un joven
que aseguró haber sufrido “episodios de contenido sexual”, por parte de quien “ejercía
las funciones de obispo de la Diócesis de Orán”, a partir de 2017, en el
edificio del Seminario Juan XXIII y un domicilio particular de Los Toldos.
Un segundo seminarista lo denunció días después, también por
hechos de significación sexual y conductas inapropiadas, en la casa parroquial
San Antonio, en el edificio del seminario Juan XXIII y la casa del obispo,
desde 2016.
Zanchetta renunció al Obispado el 31 de julio de 2017, a pedido
del papa Francisco, quien en diciembre de ese año lo había designado como
consejero en la Administración del Patrimonio de la Santa Sede Apostólica APSA,
que administra más de 5.000 propiedades del Vaticano en el mundo.
Además de abuso sexual, la Iglesia investiga a Zanchetta por “abuso
de poder y mal manejo de los fondos” del obispado.
En tanto, en febrero último, la Congregación de los Obispos
encomendó al arzobispo de Tucumán, Carlos Alberto Sánchez, la investigación
eclesiástica.