Construir relaciones, para algunas personas, es todo un reto, aunque desde fuera nos parezca una acción natural. ¿Por qué es complicado establecer interacciones profundas? ¿Por qué hay personas que no tienen amigos? ¿Cuál es la causa de que no logremos conservar las amistades?
‘Una relación de afecto, simpatía y confianza que se establece entre personas que no son familia’ es la definición de amistad, según la Real Academia de la lengua española. Se trata de un tipo de relación que hay que cultivar, y que podemos mantener o no a lo largo de nuestra vida.
A través de este artículo, exploramos la pregunta, ¿por qué hay personas que no tienen amigos? Para ello, hacemos hincapié en los siguientes aspectos: inseguridad, gestión emocional, preferencias, experiencias, obstáculos asociados a una situación, personalidad, comunicación, y gestión del tiempo.
Personas que no tienen amigos por su inseguridad
Podemos llegar a sentir que no estamos a la altura de aquellos con los que queremos establecer una amistad. Esa inseguridad se refleja, es decir, los demás la notan. Y, al no ver nuestro lado auténtico, prefieren alejarse o no profundizar en la relación.
También puede suceder que no seamos capaces de confiar en los demás. Así, al mismo tiempo que plantamos la semilla de la nueva relación, levantamos una barrera entre nosotros y lo que pueda nacer. En este sentido, podemos hacernos las siguientes preguntas, ¿confío en el otro? ¿Siento que mis capacidades no son como la de los demás y me avergüenzo de ello?
Personas que no tienen amigos por su personalidad
Puede que nuestro estilo de personalidad sea un obstáculo a la hora de establecer o conservar una amistad. No se trata de que haya un fallo en nosotros; quizás no somos compatibles con el tipo de personas por el que mostramos interés.
Por ejemplo, hay a quienes les molesta la absoluta dependencia, y si lo somos les molestará nuestra actitud; por el contrario, a veces hay quienes les gusta tomar sus propias decisiones; nosotros, al querer hacernos cargo de todo, los limitamos. Podemos preguntarnos: ¿soy muy dominante y controlador? ¿soy completamente dependiente y pasivo? ¿hablo mucho pero no escucho a los demás?
Obstáculos asociados a una situación
Puede pasar que no sea sencillo contactar con nosotros por barreras geográficas. Es decir, por ejemplo, si vivimos muy alejados, lo cual hace que se complique el realizar reuniones o estar cerca. De hecho, podría pasarle a una persona que viva en una zona rural y quiera tener nuevas relaciones en la ciudad.
También, hay personas que no tienen amigos por cambiar de lugar cada poco tiempo. Así, por cuestiones culturales, es normal que al llegar a determinados sitios nos sintamos un poco intrusos; fuera de grupos muy cerrados que se muestran amables, pero reticentes a acogernos.
Gestión emocional y del tiempo
A veces, nuestro temperamento simplemente no encaja en ciertos grupos. Por ejemplo, si somos demasiado tímidos en un grupo que disfruta de planes en los que prima el contacto social, podemos llegar a sentirnos fuera de lugar. Con esto no queremos decir que debamos cambiar, para acomodarnos a un grupo; en cambio, podríamos buscar personas con las que tengamos mayor sintonía.
También podemos mejorar nuestra inteligencia emocional. Cuando dejamos que las emociones tomen el gobierno de nuestros actos y pensamientos, podemos generar incomodidad en nuestro círculo de confianza. Por otro lado, hay personas que no tienen amigos debido al tiempo. Bien sea porque es poco y no queda casi para compartir con personas para cultivar una amistad, o porque no están en sintonía con el de los demás, y piensan que los rechazan.
Comunicación y otros factores
La comunicación es esencial en las interacciones. A veces con nuestro lenguaje no verbal mostramos una incomodidad que los demás sí son capaces de leer. Por otro lado, puede que, aunque hayamos iniciado el contacto, no respondamos a sus intentos de acercamiento. También, podría haber inconvenientes si no manejamos la misma forma de contacto.
Ciertamente, hay personas que no tienen amigos porque tienen algún trastorno psicológico. Recordemos que el estigma sigue siendo muy grande. Así, desafortunadamente hay quienes trazan barreras para hacer amistad debido a estos factores.
Entonces, la amistad es un aspecto importante en la vida ya que aporta a nuestra salud social, pero cada quién establece lazos de amistad diferentes. De hecho, hay diversas investigaciones enfocadas en este asunto. Por ejemplo, Requena Santos, en su artículo «Género, redes de amistad y rendimiento académico» examina la influencia de las relaciones de la amistad en relación con el rendimiento académico.
Nuestras amistades ganan cuando somos capaces de verlas desde diferentes perspectivas. Hay amistades que se afianzan con el tiempo y otras que se debilitan, lo importante es cuidarlas pensando en qué podemos y nos pueden aportar, en cómo dibujamos nuestro futuro con ellas presentes en nuestras vidas.
En suma, hay personas que no tienen amigos por diversas razones. No quiere decir que haya un fallo en ellas, lo importante es que pueden llegar a cultivar grandes amistades si se dan cuenta de qué es lo que está sucediendo. Una maravillosa labor de autoconocimiento que potenciará la forma en la que conectamos con los demás.