En sus declaraciones, Cardozo caracterizó a Irán como un país profundamente vinculado con grupos terroristas de orientación religiosa y como un promotor del terrorismo a nivel internacional como parte de su agenda de llevar adelante una revolución islámica a nivel global. Además, señaló el crecimiento militar de Irán y su influencia en Medio Oriente, desplazando a países como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

El analista resaltó la red de contactos globales de Irán, que incluye grupos como Yemen, Hezbolá y Hamas, así como vínculos con regímenes como el de Maduro en Venezuela y Ortega en Nicaragua. Esta red, según Cardozo, se centra en la promoción de una forma particularmente radical del islam y en la confrontación con aquellos que no la comparten, especialmente Israel y las monarquías petroleras del Golfo.

Cardozo recordó que Irán e Israel fueron aliados hasta 1979, cuando la revolución islámica cambió radicalmente la dinámica regional. Desde entonces, la relación entre ambos países ha sido tensa y marcada por conflictos indirectos y enfrentamientos.

El analista también hizo hincapié en la creciente amenaza que representan las “células dormidas” y los ataques no convencionales, que han alterado significativamente el panorama de seguridad en la región.