En Canadá, casi 40,000 personas han fallecido como consecuencia de sobredosis de drogas desde 2017. Lejos de remitir, la crisis va en aumento en todo el país. Al igual que en Estados Unidos, los estragos de los opioides, en particular del fentanilo, son cada vez más visibles en las grandes ciudades.
Según las autoridades sanitarias, este año se han producido en Montreal 1,255 sobredosis, 175 de ellas mortales, lo que equivale a una muerte cada dos días. En Vancouver, donde la crisis hace estragos desde hace varias décadas, mueren 7 personas al día y en Ottawa 21 al mes.
Todos los días, el personal de Cactus, que administra la mitad de las inyecciones supervisadas de Montreal, tiene que hacer frente a dos o tres intervenciones importantes. Frecuentemente, las personas se encuentran en estado de dificultad respiratoria porque han tomado demasiado fentanilo, una sustancia entre 20 y 40 veces más potente que la heroína. Esta droga, utilizada inicialmente por los médicos como analgésico, se vende en microgramos.
Algunas sustancias producen un efecto que dura sólo unas horas, lo que obliga a los consumidores a tomar cada vez más. Se los puede ver tumbados en callejones o bancos públicos, con una jeringuilla clavada en el brazo o el muslo.